La Barcelona Time Use Initiative ha reclamado a la Comisión Europea que reactive el proceso para que el final del cambio de hora estacional sea efectivo en el 2026. Esta es una de las peticiones que se incluyen en el plan actualizado de la Declaración de Barcelona sobre Políticas del Tiempo. El plan ponía en el 2022 sobre la mesa la necesidad de abolir el cambio temprano basándose en la evidencia científica y teniendo en cuenta que comporta efectos "perjudiciales". La organización ha asegurado que vivir en zonas horarias desalineadas incluye más riesgos de cáncer, diabetes, obesidad y trastornos metabólicos, así como efectos en el rendimiento de trabajadores y estudiantes, en el PIB general, problemas de salud mental, fatiga, letargia y menos concentración.
La demanda está en línea con el Manifiesto Tick-tock Europe sobre políticas del tiempo, lanzado por la Times Use Initiative el junio pasado y que incluye 12 cambios necesarios que Europa necesita hacer para garantizar el derecho al tiempo a los ciudadanos europeos.
Uno de estos cambios es la formulación de una hoja de ruta para poner fin al cambio de hora estacional para el 2026. El manifiesto defiende que el cambio de hora estacional es "obsoleto". Esta hoja de ruta, proponen, se tendría que centrar especialmente en los sectores que pueden esperar un impacto mayor, como los servicios de emergencia y transporte y tendría que ir acompañado de una campaña de concienciación pública.
La Time Use Initiative ha informado también de que una delegación de representantes de la Red de Gobiernos Locales y Regionales por las políticas del tiempo de Europa y de la Time Use Initiative se reunirá el 28 de noviembre con 13 eurodiputados en Estrasburgo para pedirles que reiteren el compromiso de acabar con el cambio de hora estacional para el 2026 que expresaron antes de las elecciones.
"Mitos" sobre mantener el horario de verano
La organización ha afirmado que el horario de verano se ha relacionado con un aumento de la contaminación fotoquímica y de las emisiones de gases de efecto invernadero, cosa que aseguran "no agrava el impacto ambiental negativo". Sin embargo, apunta que hay creencias y mitos que se convierten en una de las razones clave por las cuales la Unión Europea (UE) no ha decidido poner fin al cambio de hora. Entre estos mitos sitúa el supuesto ahorro de energía, que la organización ha dejado claro que hay estudios que indican que o bien no tiene efecto o podría hacer gastar más energía. También rebate que haya efectos sobre la economía y defiende que esta se beneficiará si se establecen los husos horarios naturales.