Los edificios con fachadas de vidrio, las marquesinas de paradas de autobús y las pistas de pádel se han convertido en una trampa mortal para miles de pájaros silvestres, la mayoría de ellos especies protegidas. Los pájaros, en su vuelo rápido, no ven los vidrios o los espejos reflectantes y chocan contra las estructruas, con un fuerte impacto que les causa la muerte. La preocupación va en aumento y el fiscal de la Unidad de Medio Ambiente, Antonio Vercher, envió, el pasado noviembre, un oficio a los fiscales delegados, repartidos por todo el territorio español, en el que les recuerda la posibilidad de aplicar el reciente artículo 340 bis del Código Penal, que castiga por maltrato a animales, con el fin de detener esta lacra. Además, la Fiscalía reclama a las administraciones competentes que impulsen medidas para evitar o disminuir estas colisiones, para preservar la fauna, como poner adhesivos o algún material que evite los choques mortales.
En Catalunya, el Cos d'Agents Rurals ha intensificado sus actuaciones para reducir las colisiones de pájaros contra estructuras de vidrio. Es una acción pionera que ya realizan desde el año 2020 en coordinación con la Fiscalía de Medio Ambiente de la provincia de Barcelona. Recientemente, el fiscal de Medio Ambiente y Urbanismo de Barcelona, Antoni Pelegrín, ha requerido a la Generalitat, a ayuntamientos y a decenas de empresas de la demarcación de Barcelona que pongan soluciones en ciertos edificios y estructuras, ya que pueden incurrir en un delito contra la fauna.
Algunas administraciones y empresas ya han respondido al fiscal, informando que lo han corregido o que estudian la solución más eficiente. El departament d'Acció Climàtica, sin embargo, le ha respondido que en el caso de un edificio comarcal en el Alt Penedès que provoca muertes de pájaros "no las califica de significativas para la conservación de especies", según detalla el fiscal. Con los requerimientos, la Fiscalía no busca sanciones, sino que las administraciones velen por la avifauna y se cree una normativa clara.
"Hay que evitar la transparencia de las estructuras", afirma Pelegrín, que considera que las ordenanzas municipales y las leyes lo tendrían que incluir, ya que actualmente solo se pide no perjudicar el Medio Ambiente, de forma genérica.
Investigación en Diagonal Mar
En uno de los casos, el fiscal de Medio Ambiente de Barcelona, Antoni Pelegrín, abrió unas diligencias de investigación preprocesales penales por el delito contra la fauna a dos empresas propietarias de dos edificios acristalados en el Centro Comercial de Glòries, en Diagonal Mar, ante la elevada mortandad de pájaros silvestres contra sus fachadas. El Cos d'Agents Rurals detalló un total de 141 pájaros muertos por colisión contra estos dos edificios, situados cerca del litoral, una ruta de migración de pájaros en primavera y en otoño. La Fiscalía encargó la investigación a los Mossos de Esquadra. Al final, se hicieron reuniones con las empresas, y en febrero pasado, el fiscal archivó la investigación, ya que estas estudiaron e implantaron medidas correctoras. "No hay dolo ni negligencia grave en su acción de destrucción de la fauna silvestre", concluye en este caso el fiscal.
Casi 2.000 actuaciones de los Rurals
La muerte de pájaros silvestres por colisión en estructuras de vidrio no es un hecho simbólico. El Cos d'Agents Rurals ha informado de que ha realizado un total de 1.866 actuaciones, entre el 1 de enero de 2002 y el 1 de diciembre de 2023, relacionadas con la muerte de aves por colisión contra vidrios, que no están cuantificadas, pero se estima que son miles. En concreto, el 60% son colisiones contra edificios de vidrio, el 20% contra pistas de pádel y el 20% restante contra marquesinas, la mayoría de ellas en zonas naturales. Gran parte de las actuaciones (el 75%) se han concentrado en las comarcas de Barcelona, según los Agents Rurals.
En uno de sus atestados, los Agents Rurals detallan que una marquesina, propiedad de la Generalitat, en el término de Subirats, en el paraje el Pago, se ha convertido en una asesina de aves protegidas. En siete días de octubre de 2022, reportan estas muertes: una curruca, dos petirrojos, un verdecillo y dos gorriones, además de una bisbita pratense aturdida.
Otro punto negro para las aves protegidas son las torres de alta tensión, donde mueren electrocutadas. En este caso, un juez de Vic investiga una querella de la Fiscalía contra Endesa, mientras que la compañía asegura que cumple con la normativa vigente.