Los empresarios que habrían falsificado facturas para regularizar el fraude del Palau de la Música a Hacienda han admitido que lo hicieron a petición de Convergència. Son las facturas convergentes que explicó Gemma Montull durante su declaración y de las que hacía responsable a Daniel Osàcar, extesorero de CDC.

Los empresarios, sin embargo, no señalan a nadie en concreto y, si hablan de cargos de CDC, están muertos.

Miguel Giménez Salinas de la empresa Altraforma, proveedora habitual de Convergència, ha admitido que falsificó facturas para el Palau de la Música a petición de CDC.

Fiscal: ¿Cambiaron los conceptos de las facturas para aparentar que eran trabajos en el Palau?

Giménez Salinas: Sí, claro.

Giménez Salinas no ha concretado quién hizo las llamadas. Sólo que las órdenes las recibió la directora financiera de Altraforma, Maria Carme Mateo, muerta hace unos años. A quien, por lo tanto, tampoco se la puede citar para aclarar quién daba las órdenes desde Convergència.

"Durante años tuvimos relaciones exquisitas y estaban contentos, por lo tanto, cuando lo pidieron lo hicimos", ha dicho durante una declaración exprés y muy clara Miguel Giménez Salinas. "Fui demasiado frívolo cuando acepté cobrar dinero de CDC", ha añadido.

En la misma línea ha declarado Juan Manuel Parra de Hispart que ha explicado que la factura que hicieron para el Palau correspondía a una campaña electoral de CDC. Parra implica en la irregularidad al extesorero Carles Torrent, muerto en el 2005, pero exculpa a Daniel Osàcar. Dice que Osàcar "no sabía nada".

Para cobrar, tenía que negociar con Jordi Montull, quien iba dando largas a la empresa en el momento de pagar: "Montull decía que iría pagando. Cada mes llamábamos a ver qué pasaba con las facturas".

Juan Manuel Parra juicio Palau / GL

Pedro Luís Rodríguez Silvestre de Letter Graphic no ha admitido nada. La factura del 2005 a nombre del Palau que hay en el sumario no la reconoce y la atribuye a la entrada en la empresa de Salvador Oller que llevó su cartera de clientes, entre los cuales había Convergència y el Palau de la Música.

Sólo ha admitido que hicieron donaciones a CDC que ascendían a un 10% de su facturación.

Rodríguez ha acabado su declaración llorando: "Ahora soy autónomo. Transportista. 4 meses de juicio y 80 días aquí". El Tribunal no ha dado permiso a los acusados a no venir todos los días de juicio.

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