La Fira de Sant Ermengol ha vuelto a llenar este fin de semana las calles del centro de la Seu d'Urgell, después de que los últimos dos años hubiera quedado suspendida de manera presencial a causa de la pandemia de covid-19.
El sol y las buenas temperaturas han animado al público a asistir de forma multitudinaria al certamen, que este año ha situado todas las paradas en espacios exteriores. Y el levantamiento del grosor de las restricciones también ha hecho posible que se ofrecieran degustaciones.
Una edición adaptada a la pandemia
La nueva ubicación de las cerca de cincuenta queserías del todo el Pirineo que participan se ha situado en varias calles de la población y ha gustado mucho a los visitantes que se han acercado para disfrutar de esta edición especial adaptada al actual contexto de pandemia. Desde la organización, conjuntamente con los paradistas, se analizará ahora si este formato se quiere mantener de cara al futuro. De momento, sin embargo, hacen una valoración muy positiva.
La del 2021 pasará a la historia como una Feria excepcional, donde todo ha sido diseñado en función de la seguridad. La organización ha adaptado a nuevas ubicaciones los espacios emblemáticos, como la Feria de Quesos Artesanos del Pirineo, la Feria de los Productos de Proximidad y la Feria de artesanía. A consecuencia de la pandemia, por esta edición, la Feria ambulante de ropa y complementos y que ocupaba las calles del Eixample de la Seu d'Urgell, se ha tenido que anular.
Una feria histórica
La Feria de Quesos Artesanos del Pirineo hace 27 años que se celebra, ya que la tradición feriante de la Seu es centenaria. La especialización de la feria en la producción local de calidad ya se había intentado en otras ocasiones: las muestras de fruta, especialmente de manzanas, iban en esta dirección desde 1965, pero no tuvieron continuidad. Treinta años más tarde, en 1995, la complicidad entre administraciones y productores hizo posible la reconversión ideada por Salvador Maura: una muestra de quesos artesanos del Pirineo, con concurso, venta, degustación y jornadas formativas.
El formato fue un éxito de convocatoria, y desde aquel momento se ha mantenido y mejorado. De los 30 queseros iniciales han llegado a la cincuentena, procedentes de toda la cordillera, que exponen y comercializan 150 productos diferentes. Hoy, 27 años más tarde, la Feria de Quesos Artesanos del Pirineo es uno en lo referente al país, un escaparate de productos de calidad y un revulsivo económico para la Seu d'Urgell.