Sigue la lucha contra la pederastia en la Iglesia católica. Ahora, la Fiscalía de Bolivia ha reabierto la investigación contra un cura español, Luis Roma Pedrosa, más conocido como Lucho Roma, que durante décadas, abusó de un centenar de niñas indígenas y que murió el año 2019 con 84 años. El fiscal general, Juan Lanchipa Ponce, ha detallado que "la investigación se realizará por el delito de encubrimiento en contra de los quien habrían tomado conocimiento de las agresiones sexuales cometidos en contra de menores de edad y no denunciaron el hecho ante las instancias pertinentes". Además, ha detallado que el caso del cura de la Compañía de Jesús de Bolivia está en la fiscalía Departamento de Santa Cruz, y se cerró porque no tenía suficientes elementos probatorios sustentar la imputación. Ahora, con la aparición de las nuevas pruebas, se tiene la "posibilidad de contar con testigos que puedan ayudar en la reapertura de la investigación", ha agregado.
Abusos sexuales en la iglesia
El anuncio de la Fiscalía boliviana ha llegado al día siguiente que El País revelara el diario personal del cura, en el que relataba los abusos que había cometido entre 1994 y 2005 en su estancia como misionero en Charagua, en el sureste del país. Roma, además, las fotografió y las grabó en vídeo. En los manuscritos de Charagua se destapan las agresiones sexuales que el cura perpetró a decenas de menores mientras era misionero, y como sus superiores eran conscientes y realizaron una investigación interna que confirmó los hechos, pero decidieron ocultarlo a las autoridades. Además, con la muerte de Roma, los documentos quedaron escondidos en un cajón durante 4 años y no denunció el caso hasta hace 1 después de que el diario publicara el diario secreto de otro cura también muerto, Alfonso Pedrajas, que también admitió haber agredido al menos a 85 menores entre los años 70 y 90 y como sus superiores lo encubrieron.
La Compañía de Jesús Bolívia ha admitido que sus gestiones con el caso de pederastia de Roma fueron "negligentes, indolentes y nefastas", según un comunicado publicado en su web. Ahora, con las nuevas informaciones, la congregación pidió a la Fiscalía de Bolivia a reabrir el caso "ante la evidencia del testimonio de víctimas". Los jesuitas, además, afirman que crearán una comisión interna para contactar con las víctimas y atenderlas.
El caso de Lucho Roma
Luto Roma era un jesuita español que aterrizó en Bolivia en 1955 para formarse como religioso. Según la investigación interna de los jesuitas, los primeros abusos del cura a niñas indígenas se produjeron en los años 80, cuando ocupaba un alto cargo de la orden en La Paz, capital del país. Entre 1983 y 1994 Roma visitaba a la comunidad a Trinidad y Pampa, en los Yungas, para agredir a menores. A pesar de que, el grueso de los casos se centra entre 1994 y 2005, cuando se convirtió en misionero en Charagua. Precisamente, allí escribió un diario en el cual detallaba lo que se los hacía a las pequeñas: "Toco con mis manos el conjunto... ¡Tengo el calor de la zona íntima, con calorcito natural! ¡Que bellas estas niñas, desnudas, huelen a talco"!
En el diario, escribió el nombre de hasta 70 víctimas, a pesar de que, según las investigaciones, el número de afectadas supera el centenar. En el escrito, detallaba cómo las fotografió, las grababa en vídeo y como después se masturbaba con este material. Se ganaba la confianza de las menores con regalos y después las llevaba a su habitación, donde las agredía y les sacaba fotos. "Hoy han pasado por mi habitación 10 niñas y habré sacado unas 95 fotos de niñas amadas". De la misma manera, las llevaba de excusión a un arroyo próximo del pueblo para hacerles instantáneas y abusar de ellas.
La primera vez que los jesuitas tienen constancia de los abusos sexuales de Roma es el año 2008. Solo tres años antes había sido trasladado a Sucre y allí uno de sus compañeros había encontrado algunas de estas fotografías en el ordenador común de la comunidad. Este cura lo denunció a sus superiores, pero no hicieron nada. También en aquella época la mujer que limpiaba la habitación de Roma se encontró con los recortes de las fotografías donde aparecían escenas explícitas de los abusos del cura. Lo denunció años más tarde alegando que tenía miedo. Con todo, la congregación no reaccionó hasta 2019, cuando otro excompañero le explicó a un periodista de la agencia Efe que él también había visto las fotografías de Roma, que había guardado unas copias en un dispositivo de memoria y que, desde entonces, lo había mantenido en secreto. El periodista publicó la información y la Compañía abrió una investigación interna.