El Papa Francisco se ha despedido hoy de Iraq, después de tres días de visita, con una misa multitudinaria ante 10.000 personas en Erbil, la capital del Kurdistán, en la que invitó a los 10.000 fieles presentes a "resistir a la tentación de buscar venganza", a pesar de las heridas de la guerra y la violencia.
El papa ha recordado el centenar de miles de desplazados procedentes de la Llanura de Ninive que en el 2014 huyeron de la invasión de los yihadistas del Estado islámico y se refugiaron en el Kurdistán, región de norte iraquí que acoge la mayoría de los 1,3 millones de desplazados que hay en Iraq.
"Aquí al Iraq, cuántos de vuestros hermanos y hermanas, amigos y conciudadanos llevan las heridas de la guerra y de la violencia, heridas visibles e invisibles. La tentación es responder a estos y a otros hechos dolorosos con una fuerza humana, con una sabiduría humana", ha dicho Francisco en su homilía.
El papa ha celebrado la misa en el segundo estadio mayor de país, el "Franso Hariri" de Erbil, con capacidad para 30.000 personas, aunque por la pandemia de la Covid-19 se decidió que solo pudiera asistir al acto un tercio del aforo.
"Necesitamos eliminar de nuestro corazón y de la Iglesia las nefastas sugestiones del poder y del dinero. Para limpiar el corazón necesitamos ensuciarnos las manos, sentirnos responsables y no quedarnos de brazos juntos mientras el hermano y la hermana sufren", ha declarado el Papa.
El pontífice argentino ha añadido que Jesús "fortalece para que sepamos resistir a la tentación de buscar venganza, una venganza que nos hunde en una espiral de represalias sin fin". "Con la fuerza del Espíritu Santo, nos envía no a hacer proselitismo, sino como sus discípulos misioneros, hombres y mujeres llamados a testimoniar que el Evangelio tiene el poder de cambiar la vida", ha asegurado.
"Muchos de vosotros habéis ofrecido generosamente una ayuda concreta y solidaridad a los pobres y a los que sufren. Este es uno de los motivos que me han impulsado a venir como peregrino entre vosotros, a agradecerlos y confirmarlos en la fe y en el testimonio. Hoy, puedo ver y sentir que la Iglesia del Iraq está viva, que Cristo vive y actúa en este pueblo suyo, santo y fiel", ha confesado.
Pide unidad "para un futuro de paz"
El Papa también hecho un llamamiento a la paz y la unidad asegurando que "el Iraq permanecerá siempre conmigo, en mi corazón". "Les pido a todos Ustedes, queridos hermanos y hermanas, que trabajen juntos en unidad por un futuro, de paz y prosperidad que no discrimine ni deje atrás a nadie", ha añadido en el mensaje final, que ha sido interrumpido en varias ocasiones por los aplausos de los asistentes.
Por otra parte, ha prometido sus oraciones para este "querido país" y, en particular, para "los miembros de las diferentes comunidades religiosas".
Francisco ha recordado en su mensaje "a los cristianos de las diferentes confesiones, muchos de los cuales aquí han derramado su sangre sobre el mismo suelo". "Pero nuestros mártires resplandecen juntos, estrellas en el mismo cielo. Desde allí arriba nos piden caminar juntos, sin vacilar, hacia la plenitud de la unidad," ha añadido.
El pontífice ha recordado a las víctimas de la violencia también en su perfil de Twitter. "Dios todopoderoso, nuestro creador que amamos la familia humana, nosotros hijos e hijas de Abrahán, pido que todas las víctimas de la violencia puedan descansar en tu paz y luz".
Mujer gracias al pueblo kurdo
El pontífice ha agradecido la tarea de las autoridades religiosas de país "que han trabajado tanto por este viaje" y en todos los que han preparado la visita y lo acogieron con afecto, en particular a pueblo kurdo.
"En estos días vividos al lado de Ustedes, he escuchado voces de dolor y de angustia, pero también voces de esperanza y de consuelo. Y eso es mérito, en gran manera, de esta incansable obra de bien que ha sido posible gracias a las instituciones de cada confesión religiosa," ha añadido a Francisco a su mensaje de despido.
Concluye el viaje a Iraq
Con esta misa el papa ha concluido su viaje al Iraq, donde|dónde ha mantenido citas históricas, como la reunión que tuvo con el gran ayatolá Ali Al Sistani, máxima autoridad religiosa de los chiíes, y la visita a Ur de los Caldeos, donde la tradición indica que nació el profeta Abrahán.
El pasado más reciente
En la jornada de hoy, el papa se ha trasladado a Mossul para rogar por las víctimas de las guerras entre los escombros de una ciudad devastada por los terroristas del Estado Islámico ya Qaraqosh, donde celebró el ángelus con la comunidad cristiana que ha ido volviendo en la zona después de la derrota de los yihadistas.
El objetivo del Vaticano para esta visita emblemática era reunir a las comunidades cristianas del país y animarlas a permanecer a pesar de décadas de guerra e inestabilidad, tal como ha recordado en el discurso.
Mossul tuvo una profunda importancia simbólica para ISIS y se convirtió en el eje vertebrador burocrático y financiero del grupo. La liberación llegó en julio del 2017, después de una feroz batalla de nueve meses. Según las primeras investigaciones, murieron entre 9.000 y 11.000 civiles.
La comunidad cristiana del Iraq se ha reducido de 1,5 millones antes de la invasión dirigida por los Estados Unidos del 2003 que expulsó Saddam Hussein a sólo 400.000 actuales, aproximadamente el 1% de los 40 millones que vivían en el país de mayoría musulmana. La mayoría de ellos habían vivido en las vastas llanuras de la provincia de Nínive, en el norte de la provincia, que se fijó en el 2014.
Todo empezó en junio del 2014, cuando se declaró un califato que se extendía desde el territorio del norte de Siria hasta el norte y el oeste del Iraq. Fue desde la mezquita al-Nuri de Mosul dónde el líder del grupo, Abu Bakr al-Baghdadi, hizo su única aparición pública cuando pronunció un sermón pidiendo a todos los musulmanes que lo siguieran como califa. Aunque el grupo extremista ya no controla ningún territorio, todavía realiza ataques esporádicos, sobre todo al norte.
El país también ha recibido una serie de ataques de cohetes recientes de milicias apoyadas por Irán contra objetivos de los Estados Unidos, violencia ligada a las tensiones entre Washington y Teherán.