El Senado francés ha aprobado un proyecto de ley que introduce la noción de "patrimonio sensorial", que incluye el canto del gallo, símbolo del país, y la peste del estiércol, a la legislación francesa según ha explicado el diario Le Figaro.
La Cámara de los Territorios aprobó a mano alzada, sin modificaciones, el proyecto de ley que previamente había sido aprobado por unanimidad por la Asamblea Nacional.
Los promotores del texto consideran que se trata de una cuestión capital para la defensa del mundo rural y sus especificidades.
El origen del proyecto ley, la muerte de un gallo
El pasado 7 de diciembre, el Tribunal Penal de Privas condenó a un habitante del departamento del Ródano-Alpes a cinco meses de prisión condicional, una multa de 300 euros y la prohibición de tres años de llevar arma por haber matado el gallo, de nombre Marcel, de su vecino.
Maurice, otro gallo, tuvo más suerte. El juzgado de lo penal de Rochefort rechazó una denuncia que pusieron unos vecinos contra el propietario del animal y se entregó así de la muerte. Este caso supuso una victoria simbólica para los defensores de la vida rural.
Un proyecto de ley para defender la vida rural
El secretario de Estado encargado del territorio en cuestión, Joël Giraud, dio la bienvenida a "un buen proyecto de ley para la defensa del mundo rural", y señaló que "la vida en el campo implica aceptar algunas molestias".
Con este proyecto, los sonidos y los olores que caracterizan los espacios naturales ya forman parte del código ambiental y se pueden incluir como patrimonio común de la nación.
El ponente del texto en el Senado, Pierre-Antoine Levi, considera el texto "puede ser una herramienta útil ayudar a los funcionarios electos locales en las tareas de educación y mediación".