Más de 1.500 personas evacuadas de sus casas siguen observando cómo los cuerpos de emergencias trabajan para controlar y apagar el primer Gran Incendio Forestal (GIF) del estado español de este 2023, entre las provincias de Castellón y Teruel. Queman más de 4.300 hectáreas y el perímetro del fuego se ha ampliado de poco menos de 30 kilómetros (este jueves cuando empezó el fuego), a más de 50. Según los últimos datos facilitados por el servicio Emergencias 112 de la Generalitat Valenciana, hay 23 medios aéreos trabajando y más de 500 terrestres, además de una cincuentena de camiones. Pero el fuerte viento, que ha superado los 50 kilómetros por hora, y la sequía imperante en la zona han hecho que las llamas y el humo siguieran inundando los valles y las montañas de este paraje natural. Esto ha obligado a desalojar tres pueblos más: Torralba del Pinar, Pavías e Higueras. Los tres están en Castellón y suman unos 70 habitantes en total, han sido evacuados de forma preventiva después de saber que el fuego se reactivaba esta tarde.

 

El incendio iniciado este jueves no ha dejado de calcinar hectáreas de bosques desde que la primera chispa se originó en el término municipal de Villanueva de Viver. Los operativos han trabajado en la defensa del núcleo de población de Montán y están intentando controlar que el fuego no siga avanzando. A pesar de la virulencia de las llamas, de momento no hay viviendas afectadas. La situación es muy compleja más de cuatro días después de que comenzara la catástrofe, especialmente en dos "puntos críticos", según el Puesto de Mando Avanzado (PMA). Estos están situados en la zona norte, en las Fuentes de los Baños, y en la zona sur, en Montán, concretamente en el barranco de Maigmona. En el primero trabajan medios aéreos, fundamentalmente hidroaviones que extraen el agua del embalse de Arenòs.

Efectivos de emergencias de todo el estado y angustia de los vecinos

En las labores de extinción trabajan varios efectivos de los Bomberos de la Diputación de Castellón, Emergencias de la Generalitat Valenciana, la Unidad Militar de Emergencias (UME), así como bomberos, agentes de protección y otros expertos en la lucha contra los incendios forestales de Aragón, Andalucía, la Región de Murcia y Castilla-la Mancha. También hay dos helicópteros y cuatro aviones Foca del Gobierno trabajando en la zona. Por otro lado, desde Catalunya, la Generalitat ha enviado finalmente dos nuevos recursos aéreos este lunes por la tarde, que se han incorporado hacia las cuatro y media al operativo para controlar el fuego que ya quema más de 4.300 hectáreas entre las provincias de Castellón y Teruel.

Una hidroavión actúa al incendio en Villanueva de Viver (Castellón) / DOMENECH CASTELLÓN - EFE

Pero, pese a los esfuerzos, la angustia de los vecinos y ganaderos afectados continúa e, incluso, va en aumento. El alcalde de Montán, Sergio Fornás, ha asegurado que los vecinos desalojados, unos 200, están viviendo la situación con "muchísima incertidumbre y preocupación" especialmente ahora que "se ha reactivado el fuego en una zona de Montán muy complicada". Tienen miedo de que el viento vaya reavivar el fuego y que cambie de dirección y calcine completamente este pequeño núcleo de población. También los productores de carne de la zona sufren por los animales, que están, muy probablemente, destinados a morir de hambre, de sed o por el propio humo. Hay granjas de más de 15.000 pollos que tienen pocos días y, como han explicado a EFE varios vecinos, no hay ni luz.

Pedro Sánchez llega al incendio

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha trasladado esta mañana a los alrededores del gran incendio forestal. Durante su visita al puesto de mando ha asegurado que estará "todo el compromiso del Gobierno cuando se extingan las llamas para abordar las tareas de recuperación". "Lo más importante es que no hemos tenido que lamentar pérdidas de vidas humanas. Todavía con el incendio vivo tenemos que pedir precaución", ha señalado desde Barracas (Castellón). Sánchez se ha desplazado hasta el lugar para ver cómo continúan las labores de control y extinción, a diferencia de lo que sucedió hace poco más de un año en el gran incendio de la Sierra de Bermeja, en Málaga, donde el presidente no apareció en ningún momento, pese a que quemaron 8.401 hectáreas, de las cuales 7.664 eran forestales. También ha sido criticado por la oposición y algunos alcaldes de la zona, que consideran que "más allá de las buenas palabras" les tiene que "echar una mano y hacer más caso a los pueblos rurales".