La Fundació Bofill ha denunciado este lunes que el abandono escolar en Catalunya está estancado en unos niveles que no se pueden normalizar. En este sentido, recuerda que el año pasado 97.000 jóvenes catalanes de entre 18 y 24 años no tenían ninguna titulación más allá de la ESO ni estaban estudiando. Además, la tasa es el doble entre los jóvenes de origen migrado o de familias con bajo nivel de estudios con respecto al resto de estudiantes. La entidad reclama impulsar un plan de choque contra el abandono escolar que permita en el plazo de una legislatura "situar Catalunya por debajo del objetivo europeo del 10%". Por eso, la Fundación ha puesto en marcha una campaña social y un manifiesto reclamando que se aborde la problemática que afecta cada año a miles de jóvenes.
Según la entidad, Catalunya ha reducido progresivamente las cifras de abandono educativo prematuro en los últimos 20 años, pero, aun así, continúa al frente de Europa con respecto a jóvenes poco cualificados y sin estudios postobligatorios. Concretamente, se sitúa en un 16,9%, por encima de la de España (13,9%) así como la de la media europea (9,7% en 2021). Además, avisa de que más allá de los datos, dejar los estudios tiene "consecuencias en las vidas de estas personas, sobre todo de aquellos que ya parten de situaciones y entornos más vulnerables." El alto nivel de abandono escolar también tiene consecuencias "sociales y económicas" que pueden llegar a sumar el 1% del PIB a causa del menor desarrollo económico y el aumento de la pobreza y la exclusión social.
Consenso para reducir el abandono
Por todo ello, la Fundació alerta que si no se toman medidas existe el riesgo de cronificar y normalizar estos altos niveles de abandono escolar prematuro, pero también cree que en Catalunya hay un consenso social y político muy amplio en torno a la necesidad de reducirlo. "Evitar la ruptura de las trayectorias educativas de estos jóvenes tiene que ocurrir una política de equidad y de igualdad de primer orden. El objetivo es que en un plazo de 4 años se reduzca a la mitad el abandono entre jóvenes inmigrantes o procedentes de familias con bajo nivel de estudios (de un 30% a un 15%)" añade.
La entidad hace un llamamiento a actuar y, por eso, ha impulsado un manifiesto abierto a firmas de entidades y personas a título individual, y ha trabajado durante los últimos meses un movimiento amplio a través de una plataforma de retos y soluciones que ya cuenta con la involucración de más de 250 personas de entidades, ayuntamientos y organizaciones de todo el país en la lucha contra el abandono escolar.
Cuatro grandes ejes de actuación
Las propuestas del plan de choque que pone sobre la mesa se articulan en cuatro grandes ejes: más herramientas para identificar y hacer seguimiento del alumnado en riesgo de abandono y evitar que dejen los estudios prematuramente, la ampliación de la cobertura de ayudas y becas al alumnado para evitar que la falta de recursos sea una barrera; más y mejores recursos de orientación, apoyo y mentoría del alumnado para evitar que abandonen, y una mayor planificación y ampliación de la oferta de educación postobligatoria para que todos los jóvenes puedan continuar los estudios.
"En esta agenda, también hay que avanzar en reformas de carácter estructural, en particular, la necesidad de reducir la segregación escolar, ya que estar escolarizado en un centro de máxima complejidad duplica las probabilidades de abandonar los estudios de forma prematura", añade la Fundació. Otros ámbitos de reforma que considera "imprescindibles" son: la ampliación de la escolarización 0-3; las transformaciones de la estructura y la arquitectura de la educación postobligatoria y la continuidad educativa de todo el alumnado; o la mejora de la formación inicial y permanente del profesorado en orientación, atención a la diversidad e intervención y prevención de la AEP.