La autora confesa de Gabriel Cruz, Ana Julia Quezada, lo mató premeditadamente. Según la resolución judicial, lo asfixió con sus propias manos siguiendo una "voluntad malvada" en un macabro plan criminal y lo enterró dentro de un agujero que había hecho previamente. Además, la Guardia Civil había instalado micrófonos en el coche de Quezada y gracias a ello pudieron oír como, mientras lo transportaba, insultaba al cadáver con "expresiones vejatorias".
El magistrado del juzgado número 5 almeriense explica en la resolución que la autora confesa del crimen aprovechó un momento en que sabía que estaría sola con el niño para llevárselo "con engaños".
El juez ordenó prisión provisional sin fianza para Quezada para evitar el riesgo de fuga y que la detenida destruyera pruebas después de que el martes confesara que mató al niño, desaparecideo en Almería desde el 27 de febrero.
La detenida como presunta autora de la muerte del niño Gabriel, de ocho años, confesó que lo mató de un golpe con la parte roma —contraria al corte— de un hacha durante una discusión y posteriormente lo estranguló. Todo, el mismo día de su desaparición.