No es ningún secreto y siempre se ha dicho que a los catalanes nos gusta y nos interesa saber el tiempo que hará, pero ¿por qué? "Creemos que tiene que ver con el tipo de tiempo que tenemos en Catalunya, que es muy variable y lo hace más emocionante que en otros lugares del mundo, donde pueden tener siempre un anticiclón y su interés disminuye". De esta forma lo justifican las meteorólogas Mònica Usart (Molins de Rei, 1984) y Gemma Puig (Berga, 1974), que acaban de publicar juntas Atrapades en el temps (Univers), un imprescindible de este Sant Jordi para visualizar y aproximar el papel de la mujer en un sector, el de la meteorología, donde todavía predomina la figura masculina.

¿Como meteorólogas que elaboráis y explicáis las previsiones a diario, vivís atrapadas en el tiempo o sois capaces de desconectar?

Gemma: Sí, estamos y vivimos un poco atrapadas en el tiempo. No puedes estar un fin de semana haciendo ver que no pasa nada y llegar al lunes sin saber lo que ha pasado, porque te condiciona el pronóstico. Es una desconexión a ratos.

Mònica: Sí que es cierto que vivimos atrapadas en el tiempo. Yo sólo desconecto en verano, el resto del año, sólo con un par de días el fin de semana es difícil, entre el pronóstico que has hecho, quedas pendiente de si se cumple o no... ¡y ya vuelve a ser el lunes! Al final nunca dejas de estar conectado. El mérito, sin embargo, del titular del libro es de la familia de Gemma, que consiguieron encontrar este título original.

De pequeñas las dos queríais ser astronautas pero finalmente os decantáis por la meteorología. ¿Por qué?

G: Las dos estudiamos física y no todos los físicos quieren ser astronautas, pero unos cuantos supongo que sí. Personalmente, la astronomía me llamaba mucho la atención y la física también, para saber el porqué de las cosas. También influyen los profesores que has tenido y cómo te han explicado la materia. En mi caso, me quedé atrapada por la física en el instituto. Dedicarme a la meteorología fue un poco por casualidad. Hice unas prácticas en la Corporació y por eso no acabé siendo astronauta, sino meteoróloga. [Ríe]

M: Yo el tema del espacio en casa siempre lo había vivido. Mi padre tenía un telescopio y le gustaba enseñarnos el cielo durante la noche. Después, mi hermana —que es mayor—, estudió física y me traspasó la pasión por esta ciencia. También es cierto que, en mi caso, las pasiones me han venido siempre muy ligadas a las películas. Cuando vi Apolo 13, recuerdo salir del cine y decir "quiero ser astronauta sí o sí". Me pasó lo mismo con Twister, que quería ser cazadora de tornados...

G: ¡No mires ninguna película más, no mires ninguna película más! [Ríen]

M: No, ahora miraré Alien y querré ser Alien, sí o sí... [Ríen]. También me pasó como a Gemma, al estudiar física puedes estudiar estas dos vertientes que te gustan, pero al final me decanté por la meteo y estoy encantada.

¿Cómo os conocéis y cómo nace la idea de hacer este libro?

M: Nos conocimos en el año 2008, en el canal 3/24, cuando se marchó Mònica Lopez (que también aparece en el libro) a TVE y buscaban chicas. Coincidimos en aquel casting y nos cogieron a Gemma y a mí. Ella ya estaba en la corporación, en el canal meteo, y yo acababa de hacer las prácticas. Recuerdo que entramos y hacíamos un fin de semana cada una, no nos veíamos nunca, pero hablábamos a menudo. Con el tiempo y al cabo de los años, decíamos que teníamos que hacer alguna cosa juntas, que mujeres del tiempo hay pocas, y decidimos hacer el libro.

G: Sí, hicimos uno o dos cafés y enseguida nos pusimos de acuerdo. La primera idea era una guía de meteorología, pero al cabo de unos días, vimos que no había habido mucho éxito con la escritura, así que hicimos otro café e hicimos un replanteamiento; "¿oye, si somos dos mujeres del tiempo, por qué no hablamos de las mujeres en el tiempo?". Y así empezó todo.

El libro es una recopilación de experiencias y vivencias de 15 mujeres vinculadas de alguna forma u otra a la meteorología. ¿Cómo fue, hacer esta selección?

M: ¡Y podríamos haber hecho muchas más! Escogimos estas 15 para tener un poco de variedad, hay de medios, algunas hacen fotografías, otras que cogen muestras, algunas catedráticas... Ellas enseguida reaccionaron muy bien, les hizo mucha ilusión, sobre todo por el hecho de destacar el papel de la mujer en el mundo de la meteo. ¡Ahora ya tenemos una lista empezada para poder hacer una segunda parte del libro!

G: En el libro salen mujeres que se dedican a los medios de comunicación y que, por lo tanto, la gente las conoce y las sigue, pero también hay mujeres anónimas que se dedican a la meteorología.

¿Cómo ha sido la elaboración de esta recopilación de 15 mujeres en plena pandemia del coronavirus?

M: Nos habría gustado más poder quedar con todas ellas, tomar un café, charlar y que nos explicaran su experiencia. Una de las cosas que nos gustó más, fue recoger el episodio meteorológico que las había marcado, que eso siempre atrapa más. No sólo narramos la parte científica —que esta la ponemos nosotras de forma sencilla—, sino que ellas nos explican y se basan más en la parte más personal. ¡Nos habría gustado quedar con ellas pero no ha podido ser, a ver si a la siguiente podemos quedar con 15 mujeres más!

G: ¡De hecho, después de aquellos dos cafés iniciales, no hemos hecho ninguno más hasta ahora, al final! Todo ha sido vía internet, mails, videollamadas... Estamos muy satisfechas con el resultado.

¿Qué papel ha jugado y juega a día de hoy la mujer con relación a la meteorología? ¿Está lo bastante visible y presente en vuestro sector?

G: Con Mònica somos dos ejemplos que visualizan que hay pocas mujeres explicando el tiempo. En TV3 y en Catalunya Ràdio somos 9 meteorólogos en total —contando a los que se ven y a los que hacen el portal digital—, y yo soy la única mujer. En el libro hemos agrupado a 15, pero hay muchas más, aunque todavía la proporción es baja. ¿Por qué? Lo relacionaría un poco con la relación entre las mujeres y la ciencia en general. Cuando estudiaba, había muchos más chicos que chicas, un hecho que creo que ha ido cambiando.

M: En la radio pasa a lo mismo. En RAC 1, dentro del grupo de meteo siempre he sido la única mujer. Antes había otra chica que ahora han fichado en Flaixbac, pero normalmente predominan los hombres. A veces lo comparo con el tema de hablar en público y de poder participar en tertulias. Normalmente todo son hombres, a veces hay alguna mujer, y todavía arrastramos quizás esta sensación de no tener la capacidad de comunicar tranquilamente y estar seguras de aquello que explicamos, que eso quizás es un punto que nos juega en contra.

¿En el libro explicais las experiencias personales que más os han marcado, pero profesionalmente, con qué anécdotas os quedáis?

G: Recuerdo un día que fue desesperante porque aparte de hacer la previsión, en una redacción pasa que, de golpe, cuando el tiempo es noticia, todo el mundo te mira (literal), y te pregunta dónde tiene que ir a hacer el directo, a grabar, o bien dónde habrá inundaciones... Recuerdo una vez que nevaba mucho y me dijeron que fuera a hacer el directo del TN Migdia en la nieve, y cometimos el error de ir al Vallès. Al llegar, prácticamente no quedaba nada, ningún rastro de nieve... Los compañeros hicieron un plano muy corto, donde se veía la poca nieve y yo recuerdo que pensaba; "¿cómo puedo estar haciendo un TN Migdia con esto?" ¡No me volverá a pasar nunca más, la próxima vez iremos a un lugar donde haya nevado de lo lindo, si no, no haremos un directo!

M: Las que recuerdo son las más extremas, como las inundaciones que hubo en la Vall d'Aran en el 2013. Por la mañana, iba siguiendo el pronóstico pero no contaba con que sería tan bestia. También me pasó con el vendaval del 24 de enero del 2009, cuando yo estaba en el 3/24, llevaba poco tiempo, y miraba los mapas y pensaba: "Es muy bestia esto que veo en el mapa, pero no sabría decirte si hará caer tres árboles o hará caer un polideportivo y un bosque entero'. A veces cuesta calibrar las palabras, pero con los años y con la experiencia vas aprendiendo. Otro caso que recuerdo es el del accidente de Germanwings. Al estrellarse el avión, la primera hipótesis fue el tiempo. Corrí al estudio con el móvil para mirar los mapas y no veía ninguna tormenta.... ¡Nada! No tenía nada que ver con el tiempo.

Hacéis referencia a la emergencia climática y a los fenómenos meteorológicos que nos depara el futuro. ¿Qué viviremos en los próximos años?

G: Un poco lo que está pasando ahora, no hay que mirar demasiado al futuro, la emergencia climática ya la estamos vivimos en el presente. Hablaremos de lluvias más intensas en pocos días y en lugares muy concretos. Y que llueva mucho en un sitio concreto no sirve para nada, es una agua que no se aprovecha y que hace daño. Tendremos estos fenómenos extremos más a menudo, sequías más extremas. De hecho, nos estamos habituando a hablar del Gloria, del desbordamiento del Francolí, de varios episodios que hemos tenido recientemente y que nos hacen ver que tenemos que ir aprendiendo y ver como convivimos con este cambio climático o emergencia climática.

No hay que mirar al futuro, la emergencia climática ya la vivimos en el presente

M: Por otra parte también está la temperatura. Eso que decía Gemma de las lluvias torrenciales y la sequía es más concretamente de aquí, pero en cada lugar del mundo pasará una cosa diferente. Cuando empecé a trabajar recuerdo que destacaba cuando una noche de verano era tropical, que quería decir que no se bajaba de los 20 grados. El verano pasado, cada noche fue tropical, entonces destacábamos las noches tórridas, que son las que las temperaturas no bajaban de los 25 grados. En los 12 años que llevo trabajando como meteoróloga, he visto un cambio bastante marcado sobre todo con el tema temperaturas. El cambio climático no es una cosa que nos pasará a las generaciones que vendrán, sino que ya lo tenemos aqui en estos momentos.

¿Las dos coincidís que tenemos que actuar, sin embargo, cómo lo tenemos que hacer?

M: Yo siempre digo que a pequeña y a gran escala, una suma de todo. Empezamos por las pequeñas cosas que tenemos que ir haciendo como hormiguitas, desde casa; reciclando, utilizando el coche eléctrico, con un consumo energético responsable... Y después a nivel de gobierno y de países, porque si desde casa hacemos estos trabajos, pero después desde los gobiernos no se ponen de acuerdo, no sé si sirve de mucho.

G: Cada uno tiene que ir actuando en la medida de lo que pueda y, evidentemente, tiene que haber una respuesta mayor a nivel global para poder hacer algo. Creo que tenemos bastante terreno ganado sobre todo en las generaciones futuras. Nosotros no éramos tan conscientes como nuestros hijos de que cuando te lavas los dientes tienes que cerrar el grifo, por ejemplo. Tonterías como esta, ellos ya las tienen muy interiorizadas. O el hecho de reciclar en casa. ¡De pequeña recuerdo que no se reciclaba! Tenemos que tener esperanza y lo tenemos que hacer entre todos.

¿Cómo lleváis haceros la competencia a diario?

[Ríen] ¡Muy bien!

M: Psicológicamente va muy bien saber que al otro lado hay alguien que a las seis de la mañana también está despierta!

G: Hablamos por WhatsApp...

M: Sí, y comentamos la jugada. ¡Este chaparrón que se ha formado aquí, no se tenía que formar! ¿Qué hace? ¿Y la lluvia, que no llega? He dicho que llovería toda la mañana y no hay manera... Y así hacemos terapia.

G: ¡Como es muy temprano y no hay mucha gente despierta, entre nosotras nos animamos! [Ríen]

Y una última pregunta que no podia faltar... ¿Qué tiempo hará el viernes, van a sufrir los libreros y floristas?

¡Soool! [Exclaman las dos, a la vez]

G: Desde el lunes que voy mirando los mapas y pienso, no puede ser verdad, porque cada día, cada día, ha llovido en algún punto u otro. Ha sido una semana muy inestable y mirando los mapas del viernes piensas... ¿Seguro?

M: Quizás tendremos algunos nubarrones por la tarde, pero nada, parece que no tenemos que sufrir.

Acabamos la conversación entre sonrisas y cruzando los dedos para que el tiempo de este Sant Jordi aguante, tal como indican todos los pronósticos. Un tiempo que permitirá a las dos meteorólogas poder salir a la calle para conocer y hablar con sus lectores, espectadores y oyentes que las siguen a diario, dando a conocer las vivencias y las historias de 15 mujeres que contribuyen a hacer de la meteorología una ciencia fácil que llegue a todo el mundo de la forma más comprensible y divulgativa posible.