Los millenials empiezan a ser antiguos y la generación que irrumpe en el mercado laboral, conocida como la Z, viene con las ideas muy claras. Las virtudes pueden convertirse en defectos, también a la inversa, depende de cómo se mire. Pero hay que hacer un retrato generalizado de una nueva hornada de personas para entender qué papel jugarán en la próxima década.
Este diario, ha consultado a diferentes empresarios y la mayoría coinciden a nivel personal con que se encuentran ante un gran talento, jóvenes que se mueven sobre los 25 años, con mucha ambición, pero más exigentes que los millenials: ellos marcan las condiciones, saben lo que quieren y si no lo encuentran, se marchan aunque la oferta sea muy golosa.
¿Dónde los ubicamos?
Esta tendencia se ha puesto todavía más de relieve en países de la Unión Europea donde las tasas de paro no son tan elevadas como en España. A modo de ejemplo, en Francia o Dinamarca faltan perfiles profesionales en muchas áreas, especialmente en el terreno de la digitalización. Pero vamos a conocerles un poco mejor. De entrada, ¿qué año nacieron? La generación Z, también conocida como Zillennials, comprende aquellos nacidos en los últimos años de la década de los 90 e inicio de los 2000 aproximadamente.
Actualmente, sus primeros integrantes se encuentran en una etapa ya sea a punto de acabar su vida universitarios o en la búsqueda de un empleo, mientras que los más jóvenes se ven en el dilema de escoger una carrera para estudiar. Posteriormente vendrían los Alfa. Desde la Pew Research Center han elaborado un cuadro para ver todas las generaciones ordenadas.
"No están dispuestos a esperar"
Jordi Albert Garcia, CEO de James Brand y de Istartium, hace un perfil sobre los Z: "Entienden e interpretan el mundo laboral de manera diferente. Muchos prefieren aprender creando su propia empresa que adquirir experiencia como empleados de otras empresas. Por encima de todo están sus sueños primero, antes de los sueños de los otros. Y cuanto antes puedan dedicarse a estos mejor. No están dispuestos a esperar y aplazar sus sueños".
Su primera empresa es su perfil en las redes
Este cambio de actitud va muy ligado a las redes sociales. Así pues, la primera empresa que montan la mayoría son sus propios perfiles de las redes que son proyectos en sí, exigentes y trabajados. "Les gustan los retos y se ayudan en comunidad, con likes, comentarios, recomendaciones, followers, shares... Viven tiktokeados y selfiados", subraya Garcia. Habituados desde niños a utilizar móviles y tabletas, la televisión pasa a ser una especie de tostador antiguo. Son nativos digitales que se mueven muy bien aenlas redes sociales y están habituados a los proyectos y comunicar".
"La llamada de teléfono ha muerto"
Los hábitos, también en el terreno laboral cambian por completo: "No los llames por nada del mundo, la llamada de teléfono ha muerto. Es más cómodo y seguro escribir que hablar. Releerse antes de decir. Y si hablan mejor primero grabarse y escucharse para autovalidarse. Ahora bien, no todo son comodidades en las redes. El lado oscuro también existe representado por los haters, pero estos ya se han normalizado y forman parte del juego. Se cuenta con ellos. De alguna forma la crítica y el odio ya es algo habitual e incluso en cierta manera positivo, ya que ayudan a hacer ruido, generar debate y notoriedad," concluye Garcia.
"No tienen miedo al fracaso"
Así pues, ¿esta manera de entender la vida es mejor o peor? Es difícil y erróneo generalizar, pero muchos de ellos son diferentes. Sin tantos complejas. Rebeldes e inconformistas, pero también es cierto que a veces son interpretados como perfiles de riesgo y pueden ocasionar ciertos vértigos a las empresas. Esta es la defensa que hace de ellos Garcia. "Ya no existe el miedo al fracaso ni el sentimiento de vergüenza por equivocarse. El fracaso incluso gusta y se aplaude. Ya no es un tabú. Se reconoce el valor de intentarlo una vez y otra. Se estimula el atrevimiento. El fracaso proviene del latín 'fracassare' que significa romper. Estas generaciones quieren romper. Les seduce la ruptura y la innovación".
La importancia de sus padres y madres
Si entramos en la comparativa, los de la Generación Z han recibido la influencia de sus padres, nacidos entre los años 80 y los 2000. Estos padres ya no transmiten ideas obsoletas a sus hijos como las que recibieron ellos. Ya no han seguido transmitiendo el mensaje de "elección un trabajo estable de por vida", y "escoge estudios con salida", sino el contrario. El mensaje que han recibido estos jóvenes tanto por los padres como por sus profesores ha sido otro: "Escoge lo que más te guste hacer y lo que mejor sepas hacer". Han sido liberados.
¿Y después de la Z?
Y si miramos una generación más allá, la tendencia que marca la Z todavía se hace mayor. La última generación nacida entre el 2010 y 2025 son llamados como los Alfa. Hay una gran mayoría de todos ellos que no quieren trabajar para otros, no les gusta la idea de recibir órdenes, ni de tener jefes. Necesitan sentirse libres y oír que están creando su propia historia, sus propios proyectos y, si se equivocan, volverán a empezar. Tienen toda la vida por adelante y tienen claro que no quieren sacrificar su vida por un trabajo que no les guste.