Las víctimas de la tragedia de Germanwings se niegan a aceptar el acuerdo de indemnización que ofrece Lufthansa porque esto representaría "eximir a la compañía de toda responsabilidad". A esta queja se le suma el hecho de que la empresa de aviación negocia con cada familia la cantidad por separado y, por ejemplo, dentro de una misma asociación catalana en la que hay 46 familias afectadas, cada una ha recibido una propuesta de una cuantía económica diferente según la situación personal de la víctima.
Lo que quieren evitar a los familiares y los abogados es que Lufthansa protagonice un papel pasivo en el caso del accidente porque, tal como comunicaba el informe presentado ayer por la Oficina de Investigaciones y Análisis para la Seguridad de la Aviación Civil de Francia (BEA), el siniestro se podría haber impedido si los médicos hubieran informado del estado de salud del piloto.
"No se trata de un accidente. Lo calificamos de siniestro para no ir más allá". Así ha criticado hoy Lourdes Bonet, miembro de la Asociación de Afectados por el Vuelo Germanwings GWI 9525, las recomendaciones que la BEA hizo públicas ayer porque, a su juicio, "hacen falta medidas legislativas" que sean de "obligado cumplimiento".
Bonet se ha mostrado desanimada en declaraciones a Catalunya Ràdio, porque estas recomendaciones "no son suficientes" para cubrir las esperanzas que tenían los familiares de evitar nuevos siniestros. El informe aconseja levantar el secreto médico cuando los pilotos tengan problemas psicológicos, así como intensificar los controles de los pilotos.
Para el portavoz del Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (COPAC), todo ello es verdad en cierta manera porque sí que "es cierto que estamos más controlados", pero también lo es que "hay pilotos que son autónomos" porque son contratados por broker y la Seguridad Social no sabe cuál es la profesión de esta persona, por lo tanto, "es muy difícil este tipo de control".