Una vez ha quedado confirmado que el accidente de Germanwings, sucedido el pasado 24 de marzo, del vuelo de Barcelona a Düsseldorf fue provocado voluntariamente por el copiloto alemán Andreas Lubitz que "sufría trastornos mentales graves", el informe final del departamento de encuestas y análisis para la seguridad de la aviación civil (BEA) recomienda nuevas medidas de control médico de los pilotos. De esta manera, el director de la BEA, Remy Jouty ha confirmado el carácter voluntario del accidente a la vez que ha pedido alcanzar "un mejor equilibrio" entre el secreto médico y la seguridad pública.
El informe de la investigación explicó que Lubitz sufría depresión y modificó intencionadamente los comandos del piloto automático para que el avión comenzara a descender, sin responder en ningún momento a las llamadas de los controladores ni a los golpes de puerta en la cabina.
Secreto y ayuda médica
Ante la constatación de que varios especialistas conocían los trastornos y la profesión de Lubitz y no lo comunicaron a las autoridades aeronáuticas o a Lufthansa, que era su propia empresa, el BEA ha remarcado la importancia de mejorar la regulación encargada de especificar cuando se debe romper el secreto médico. Seguidamente, el organismo ha explicado que hay reticencias por parte de los pilotos a la hora de declarar sus problemas y buscar ayuda médica, ya que impera el temor de perder su licencia con "atractivo y elevada inversión financiera". A pesar de ello, se ha pedido a los operadores que se implementen medidas que mitiguen los riesgos socioeconómicos vinculados a la pérdida de licència por razones médicas.
Por otro lado, el BEA no ha querido dar demasiada importancia a la presencia obligatoria de dos personas en la cabina de vuelo, ya que pesar de que va en "el buen sentido", no puede garantizar que se eviten accidentes, especialmente suicidios. Sin embargo, sí que se ha mostrado convencido de que se debería promover la aplicació de grupos de apoyo para los pilotos y definir las modalidades específicas de la normativa de la Unión Europea que permiten pilotar mientras se están tomando medicamentos antidepresivos. Finalmente, Jouty ha querido advertir que "somos conscientes de que se trata de un problema difícil. No podemos pretender que sean medidas cien por cien eficaces".