Esta noche, el Gloria se ha llevado por delante el Pont del Petroli, que no ha podido soportar el fuerte temporal que ha caído en Badalona. El actual alcalde, Álex Pastor, se ha comprometido a través de twitter a arreglar los desperfectos y "resolver todas las incidencias".
Durante el día de hoy, los técnicos municipales evaluarán las consecuencias. La plataforma final de este puente de unos 15 metros aproximadamente, y donde había una pequeña estación meteorológica, ha caído al mar. Esta parte conectava con la pasarela que se adentraba 250 metros dentro del mar. Las imágenes son espectaculares.
El temporal ha castigado tanto el puente, que algunos de sus fragmentos se han dejado ver en el paseo marítimo y a la arena de la playa.
Desde la lejanía, el impacto del Gloria y la fragmentación en dos partes es clara y choca si la comparamos con la imagen anterior al destrozo.
El nacimiento de este puente fecha del año 1965 y fue construido por CAMPSA para descargar hidrocarburos hasta el año 1990, cuando la empresa cerró. A lo largo de todas estas décadas, los cimientos también han originado el nacimiento de una flora y fauna propia con un gran banco de caballitos de mar.
Hace poco más de una década, el Pont del Petroli de Badalona estaba condenado a la muerte. La construcción del nuevo barrio marítimo y el puerto, no hacían ver a los responsables municipales las inmensas posibilidades que tenía esta estructura y el atractivo para todos los que se le dejaban caer por allí. Fue un pastelero, Josep Valls, que con un cartel de cartón y la persistencia de presentarse cada semana allí reclamando que no fuera al suelo, consiguió que el entonces gobierno socialista de la ciudad, liderado por su alcalde Jordi Serra, se lo repensara y decidiera no derribarlo. Una decisión que costó mucho ver y en un primer momento, y se ignoró la idea de este pastelero que poco a poco fue ganando adeptos.
El año 2009 se aprobó su remodelación y le dieron el valor que realmente se merecía. Desde entonces, ha sido uno de los lugares más visitados por los que son de Badalona y los que vienen de fuera, el paisaje ideal de numerosos anuncios y reclamos publicitarios y un símbolo que dibujaba la figura de la ciudad.