El Govern quiere acoger personas refugiadas, como así se ha comprometido desde el inicio de la trágica crisis en el Mediterráneo, pero para conseguirlo exige al Gobierno de España que deje de poner impedimentos. Con motivo del Día Mundial de las Personas Refugiadas, la Generalitat y otras instituciones políticas catalanas, como el Ayuntamiento de Barcelona, han manifestado su voluntad de colaborar para paliar los efectos de la crisis migratoria en el Oriente Medio.
El ejecutivo de Puigdemont ha emitido una declaración institucional en la que muestra su malestar y frustración por el incumplimiento del Gobierno de los compromisos adquiridos con la Unión Europea en relación a la acogida de personas refugiadas.
Por otro lado, el Govern pide que desde Madrid se descentralice el modelo actual de reubicación y reasentamiento de personas para que puedan participar los ayuntamientos y la misma Generalitat. Para ello, el gobierno de Junts pel Sí exige al Estado que traspase los fondos europeos de acogida e inclusión, con los que se permitiría la correcta llegada de estas personas.
4.500 refugiados
El Govern se compromete de nuevo con la citada declaración a acoger 4.500 personas en Catalunya, lo que representa la parte proporcional de la cifra comprometida entre el Gobierno de España y las instituciones europeas.
Para ello, no solo pide que se traspasen recursos y competencias, sino recuerda que es necesario recordar la importancia de la solidaridad "con los pueblos y grupos perseguidos", entre los que mencionan los kurdos, los cristianos de algunos estados de África y del sur y del sudeste asiático, los yaziditas de Irak y de Siria, los rohingya y los KACHINA de Birmania, los dinka y los nuer de Sudán del Sur.
Barcelona se vuelca
El Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado que prevé doblar este año la cifra de personas refugiadas atendidas por el Servicio de Atención a Inmigrantes, Emigrantes y Refugiados (Saier). El gobierno barcelonés ha destacado que hasta mayo ha atendido a 1.917 personas, lo que representa casi un 80% más que en el mismo período del año pasado. Entre estas personas se encuentran cada vez más menores.
Según ha apuntado el mismo ejecutivo, la mayoría de los refugiados no provienen de Oriente Medio, sino de lugares en conflicto político o con regímenes dudosamente democráticos, como Venezuela, Ucrania, Honduras y El Salvador.