La decisión de la Unión Europea de clasificar la energía nuclear y el gas como energías verdes provocó muchas reacciones negativas delante de lo que desde el mundo del ecologismo se consideró una gran incongruencia. Ahora, la asociación Greenpeace ha dado un paso adelante y ha apostado por emprender acciones legales contra la UE por la también llamada taxonomía. En un comunicado emitido este lunes, la organización informa de que ha enviado una solicitud en la Comisión Europea para que esta revise la decisión. Según la ONG, clasificar la nuclear y el gas como energías verdes viola la Ley Europea del Clima y las obligaciones en materia climática acordadas por los estados miembros en el Acuerdo de París el año 2015.
Ahora, la Comisión tiene hasta febrero para responder a los argumentos de Greenpeace y retroceder, y en caso de que el ejecutivo mantenga la decisión, la organización asegura que elevará el caso el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). Según recoge la ACN, una de las portavoces de la asociación, Ariadna Rodrigo, esta etiqueta verde "falsa" es "incompatible con las leyes climáticas y medioambientales de la Unión Europea": "El gas es la principal causa del caos climático y económico actual, mientras que todavía no hay una solución para los residuos nucleares y el riesgo de accidentes nucleares es demasiado grande para ignorarlo", añade.
Acelerar la transición energética
Por otra parte, la organización reconoce que se siente "indignada" por el que hecho que "los principales causantes del cambio climático se estén aprovechando de la situación actual mientras hay familias que están sufriendo". "La Comisión Europea tiene un papel en todo eso, y ahora se está ensuciando las manos dando la etiqueta de verde en el gas y en las nucleares", defensa Rodrigo.
Para Greenpeace, la solución al problema actual pasa por "acelerar la transición energética basada en la energía renovable y en el ahorro de energía" y concluye que los recursos que irán destinados a inversiones en gas y nuclear tendrían que servir para alcanzar este objetivo.
El Gobierno, contra la propuesta
Desde partidos de izquierdas como Unidas Podemos se ha mostrado siempre en contra de esta clasificación. Después de que se conociera la decisión de la Unión Europea, el diputado de UP y coordinador de la Alianza Verde, Juan López de Uralde, consideró que incluir estas dos energías dentro de la clasificación de verde supondrá, inevitablemente, un retraso en la transición energética, que después de la invasión de Ucrania ha vuelto todavía más urgente. Para el político, esta decisión supone ignorar los problemas asociados a la energía nuclear como la generación de residuos activos, como si eso no supones un problema de sostenibilidad.
Esta es una posición compartida entre los miembros del gobierno de coalición, ya que Pedro Sánchez se mostró contrario desde el primer momento a esta nueva clasificación. En este sentido, rechazaba la decisión de la Comisión Europea en el momento en que se presentó el primer borrador, señalando que el Gobierno se oponía a la propuesta y hacía una apuesta por las renovables y el autoconsumo. "Europa no puede dar pasos atrás dando la etiqueta verde a aquello que no lo es", defendía.