Las escuelas en catalán de la Catalunya Nord están en peligro. La Bressola, donde aprenden en su lengua 1.100 alumnos, ha emitido este martes un grito de auxilio por motivos económicos. Piden ayuda "urgente" al Departamento de los Pirineos Orientales y a la Región de Occitania para hacer frente a la "ruptura de liquidez" que auguran a partir del mes de mayo y que supondrá que no puedan pagar todos los salarios. La entidad alerta de que si no les dan apoyo en un margen de 50 días, se verán abocados a pedir a las familias que aumenten sus aportaciones y, posiblemente, a cerrar alguno de los centros de enseñanza inmersiva en catalán que tienen en Perpinyà, Nyils, Prada, el Soler, Sant Esteve, Pesillà y Canet de Rosselló. El presidente de La Bressola, Guillem Nivet, atribuye la delicada situación a la inflación; pero también a las pocas aportaciones que desde hace años reciben de las administraciones públicas. Si no reciben ninguna ayuda que pueda salvar su situación, los dirigentes del proyecto educativo en catalán convocarán una manifestación el sábado 15 de marzo en Perpinyà.

Nivet ha explicado que tienen un presupuesto de 4,5 millones de euros, 1,9 de los cuales los financia la educación nacional francesa y el resto lo asume la propia entidad educativa. De las administraciones del Departamento de los Pirineos Orientales solo reciben una ayuda de 50.000 euros (un 1,1% del presupuesto global) y de la Región de Occitania, 117.000, un 2,6% del total. Antes de la llegada al poder del alcalde de Perpinyà Louis Aliot —político del Agrupamiento Nacional de Marine Le Pen—, dice Nivet, recibían también una subvención de 60.000 euros por parte de este consistorio. Ahora, sin embargo, no solo se la han retirado, sino que se les ha incrementado las "cargas" en forma de impuestos.

Nivet asevera que necesitan una solución "excepcional" con ayudas extraordinarias para afrontar los meses más críticos y que, a pesar de las peticiones, de momento no han obtenido respuesta. Por eso, dan a las dos administraciones un plazo de 50 días y anuncian que si no los ayudan, convocarán una manifestación el 15 de marzo por la mañana en Perpinyà. Además, alertan de que si no les hacen una aportación de 200.000 euros cada una, se verán obligados a subir las cuotas a las familias y, previsiblemente, a cerrar algunos centros. En este sentido, Nivet dice que se sienten "abandonados" y pide la implicación real de estas dos administraciones con una aportación mínima del 5% del global del presupuesto. "Pedimos la dignidad", ha insistido durante una rueda de prensa, tal como recoge la ACN.

Por otro lado, el presidente de la Bressola ha querido separar la situación financiera del proyecto de Liceu en el antiguo monasterio de Santa Clara y ha asegurado que sigue vigente. De hecho, ha contado que están a la espera de que el litigio judicial se resuelva, pero que ya han pedido el permiso de obras. Aquí, ha dicho, la Región se ha comprometido a poner financiación para sacarlo adelante. Lo que sí que está en entredicho es la apertura de nuevos centros, como están pidiendo algunos municipios, porque ahora mismo no pueden garantizar el mantenimiento de los actuales.

Escuela en catalán desde 1976

La Bressola se creó en 1976 con una primera escuela en Sant Galdric (Perpinyà), donde solo había 7 alumnos, y desde entonces ha construido una red de centros asociativos que permiten la inmersión lingüística en catalán en la Catalunya Nord, territorio administrativamente francés. Creu de Sant Jordi en 2007, la Bressola la conforman hoy en día 9 centros educativos, 7 escuelas y 2 colegios, repartidos por varios municipios de la Catalunya Nord —Perpinyà, Nyils, Prada, el Soler, Sant Esteve, Pesillà y Canet de Rosselló—. Hay alrededor de 1.100 niños escolarizados.

A su vez, desde 1986 existe la asociación Amics de la Bressola, una organización sin ánimo de lucro que apoya a las escuelas, con más de 600 socios de todos los territorios de habla catalana que pagan una cuota. Este junio, las familias de los alumnos se reunieron en Sant Esteve del Monestir, en el Rosselló, en la 19.ª edición de la Bressolada, donde se disfrutó de actividades como conciertos, charlas y una comida popular y que fue, como siempre, reivindicativa hacia el respeto del catalán por parte del Estado francés.