Una hormiga infernal de 113 millones de años encontrada en el nordeste del Brasil se ha convertido en el espécimen de hormiga más antiguo del mundo. El equipo del Museo de Zoología de la Universidade de São Paulo la ha encontrado conservada en piedra calcárea, y no en ámbar, como suele ser habitual. La hormiga pertenece a la subfamilia Haidomyrmecinae, extinguida en la época del Cretácico, que inició hace 143 millones de años y finalizar hace 66 millones de años. Tal como la describen sus descubridores en un artículo publicado este jueves a la revista Current Biology, el ejemplar tenía mandíbulas muy especializadas, que probablemente utilizaban para clavar o empalar sus presas.
El ejemplar pertenece a la extinta 'hormiga infernal', conocida por sus extrañas adaptaciones depredadoras. "A pesar de formar parte de un linaje antiguo, esta especie ya mostraba características anatómicas altamente especializadas, cosa que sugiere comportamientos de caza únicos", apunta uno de los miembros del equipo que ha llevado a cabo el estudio, Anderson Lepeco. Además, el estudio señala que el descubrimiento de este fósil de hormiga desafía la comprensión de la evolución de las hormigas y la biogeografía a través del tiempo, ya que las hormigas fosilizadas y encuentros previamente fueron descubiertos en Francia y Birmania y se conservaban ámbar.
Que hubiera una hormiga infernal en Brasil demuestra que las hormigas ya estaban ampliamente distribuidas y diversificadas al principio de su evolución, destaca el estudio. "Aunque se han descrito hormigas infernales a partir del ámbar, esta estaba la primera vez que las podíamos visualizar en un fósil de roca", subraya Lepeco.
Hormigas infernales, una especie depredadora
Al examinar el fósil con tomografía microcomputaritzada -una técnica de imagen en 3D que utiliza rayos X para ver el interior de un objeto-, el equipo descubrió que la hormiga estaba estrechamente relacionada con las hormigas del infierno, de las cuales fines ahora solo se conocían especímenes conservados en ámbar birmano, un tipo de ámbar encontrado en Myan. "Aunque esperábamos encontrar rasgos propios de las hormigas infernales, nos sorprendieron las características de su aparato de alimentación", dice Lepeco. A diferencia de las hormigas modernas, con mandíbulas que se mueven lateralmente, esta especie poseía mandíbulas que avanzaban paralelas al frente y una proyección facial anterior a los ojos, según el estudio.
Este hallazgo desafía las suposiciones de los investigadores sobre la rapidez con que estos insectos desarrollaron complejas adaptaciones. "Su morfología sugiere que incluso estas primeras hormigas ya habían desarrollado sofisticadas estrategias depredadoras significativamente diferentes de sus homólogas modernas", afirma Lepeco.
Provenientes del Cretácico
Según los autores, este hallazgo demuestra que las hormigas estaban ampliamente distribuidas por todo el planeta y habrían cruzado repetidamente masas del suelo del Cretácico. "Cuando encontramos este extraordinario espécimen, inmediatamente nos dimos cuenta de su importancia, no solo como nueva especie, sino también como posible prueba de la presencia de hormigas a la Formación Crato", señala Lepeco. A partir del descubrimiento de este nuevo espécimen de hormiga, se plantean cuestiones más amplias sobre las presiones evolutivas que condujeron a las adaptaciones únicas de la hormiga infernal, dicen los investigadores.