La hija de Gisèle Pelicot, Caroline Darian ha deseado la muerte de su padre después de que este haya sido condenado a veinte años de prisión al final de un juicio histórico. "Mi padre tendría que morir en la prisión", ha asegurado en una entrevista a la BBC. Dominique Pelicot drogó y violó a su exmujer y reunió a más de 50 hombres para abusar de ella durante diez años. Darian ha explicado que fue en noviembre del 2020 cuando su madre la llamó para explicarle lo que había pasado: "Me dijo que descubrió que mi padre la había estado drogando durante unos 10 años para que diferentes hombres la pudieran violar". La noticia provocó que Darian perdiera "lo que era una vida normal". "Recuerdo que grité, lloré, incluso le insulté", ha dicho. "Fue como un terremoto, un tsunami".

En los días posteriores a la fatídica llamada telefónica, Darian y sus hermanos, Florian y David, viajaron al sur de Francia, donde vivían sus padres, para cuidar a su madre mientras asimilaba la noticia de que su marido era "uno de los peores depredadores sexuales de los últimos 20 o 30 años". Además de poner en el punto de mira los problemas de la violación y la violencia de género, el juicio a Dominique Pelicot también trató un tema poco conocido, la sumisión por productos químicos, la agresión facilitada por las drogas.

Darian ha revelado que durante la investigación descubrió que su padre también la había fotografiado a ella. La policía le mostró dos fotos que encontraron en el ordenador portátil de Dominique Pelicot donde se apreciaba a una mujer inconsciente en una cama, con solo una camiseta y ropa interior. Al principio, fue incapaz de reconocerse a ella misma. "Viví un efecto de disociación. Tuve dificultades para identificarme desde el principio", ha dicho. El terror se confirmó cuando los agentes le indicaron que la mujer de las imágenes era ella: "Mira, tienes la misma marca marrón en la mejilla, eres tú".

La hija de Gisèle Pelicot se ha mostrado convencida de que su padre también abusó de ella, una afirmación que el condenado siempre ha negado. "Sé que me drogó, pero no tengo ninguna prueba", ha dicho. A diferencia del caso de su madre, no se han encontrado indicios de lo que Darian revela. De todos modos, la francesa se muestra convencida de su acusación y asegura que a muchas mujeres "no se las cree porque no hay pruebas. No se las escucha, no se las ayuda".

Poco después de que los crímenes de su padre salieran a la luz, Darian escribió un libro llamado I'll Never Call Him Dad Again donde narra el trauma de su familia. También profundiza en el tema de la sumisión química y explica que los fármacos que se utilizan habitualmente "provienen del botiquín familiar". "Analgésicos, sedantes; el peligro proviene de dentro", ha dicho.