Desiderio y Soledad, de 84 y 80 años, han pasado toda la vida juntos, al menos desde que se casaron el año 1966, el uno en compañía del otro. A pesar de que ahora los dos tienen Alzheimer, y su memoria no es lo que era, estos 60 años de matrimonio todavía son más que suficientes para que se demuestren cada día cómo se aman.

El Desiderio, a raíz de su edad y la enfermedad, tiene un grado de dependencia 2 o "dependencia grave", lo cual supone que necesita bastante apoyo en su día a día. Soledad, por su parte, presenta un grado 3, o "gran dependencia", cosa que significa que necesita, de manera indispensable y continua, el apoyo de otra persona. Esta persona es su hijo José, que es quien los ha cuidado en los últimos meses.

Ni él ni ninguno de sus hermanos se podían permitir pagar una residencia privada para poder cuidar a sus padres, por eso han movido cielo y tierra para que puedan entrar en una residencia de cuidados que pueda brindarles el apoyo y la atención que necesitan y que además no estén separados. Por eso entregaron más de 95.000 firmas a la Junta de Extremadura a través de la plataforma Change.org, pidiendo que se les asigne un mismo centro geriátrico, y solicitando cambios en la normativa de cara a futuro para asegurar que, en casos como este, no se separe a las parejas en sus últimos años.

Desiderio y Soledad seguirán juntos

La Junta de Extremadura ha ofrecido este martes a José Hernández, el hijo del Desiderio y Soledad, la posibilidad de que sus padres residan en una residencia conjunta después del revuelo que su campaña a través de 'Change.org', que ha recaudado más de 95.000 firmas de apoyo, para que los dos puedan seguir viviendo juntos.

En esta reunión, la jefa de la Unidad de Atención a las Personas Mayores del Servicio Extremeño de Promoción de la Autonomía Personal y Atención en la Dependencia (Sepad) se ha comprometido a ofrecer una plaza conjunta en una residencia de ancianos en la cual entrarían en un plazo de 15 días. "Me han dicho que nos ofrecen plaza para los dos en la misma residencia y que entrarían dentro de quince días máximo. Es verdad que no está en Plasencia, sino que está un poco lejos de casa, pero lo importante es que estarán juntos y se despertarán en el mismo lugar, y con mejores cuidados que los que le puedo dar yo con el nivel de dependencia que tienen, sobre todo mi madre. Nos han asegurado que cuando se pueda podrían trasladarse a otro centro en Plasencia", explica José.

La única pega que ven tanto él como sus hermanos es que la residencia se encuentre lejos de casa, a más de 100 kilómetros, pero se contenta con que sus padres puedan permanecer juntos, siendo, como son, pilares fundamentales el uno para el otro. "Lo que buscaba el día que inicié esta petición es que nadie separara a mis padres en un momento tan delicado de sus vidas, y garantizar el final de sus días juntos. Hoy, gracias a tantísimo apoyo, por fin, puedo decir que lo hemos conseguido", asegura orgulloso José.

José Hernández ha agradecido a todas las personas que han suscrito la iniciativa su apoyo|soporte, ya que "estando solo, yo no hubiera conseguido llegar hasta aquí", y ha aprovechado su reunión con los responsables de la Junta de Extremadura para pedir que la normativa de dependencia en la comunidad "tenga en cuenta siempre los lazos familiares a la hora de asignar residencias públicas". También ha avisado de que su lucha "no acaba aquí", y que "volveremos a hablar con ellos en los próximos días y no pararemos hasta que nos confirmen que la ley nos apoya y que ni una pareja más en Extremadura correrá el riesgo de separarse por culpa de la burocracia".