Suele pasar que uno recuerda exactamente qué estaba haciendo y dónde estaba cuando recibe una noticia de impacto, como fueron los atentados en las torres gemelas de Nueva York del 11 de septiembre del 2001, o los atentados del 17 y 18 de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils. Pero la memoria es efímera, y el recuerdo se va diluyendo con el tiempo. Los actos de homenaje sirven para ayudar a recordar, a seguir rindiendo tributo a las víctimas inocentes, las 16 personas muertas, los 152 heridos y las 368 víctimas con secuelas físicas y psicológicas, según la Unitat d'Atenció i Valoració dels Afectats pel Terrorisme (UAVAT), una de las asociaciones que está en pie de guerra porque se sienten despreciados por los políticos y las administraciones. Por eso, este sábado 17 de agosto, siete años después del día que los catalanes vivieron con un gran dolor, ha habido dos actos paralelos para seguir recordando, pero también para seguir reivindicando. El acto oficial ha sido un homenaje sencillo, breve (a duras penas ha durado un cuarto de hora), solemne y sobrio, que ha consistido en un minuto de silencio coronado con El cant dels Ocells, que este año ha interpretado el violoncelista Marçal Ayats, y acto seguido, la ofrenda floral de claveles y rosas blancas en el Memorial.

El acto institucional organizado por el Ayuntamiento de Barcelona se ha celebrado a las 10 de la mañana en el memorial del pla del Os de la Rambla, el tramo hasta donde llegó la furgoneta blanca que atropelló mortalmente a 15 personas, entre ellas dos niños de 3 y siete años, y que conducía a gran velocidad por el medio de la Rambla al terrorista Younnes Abouyaaqoub. Allí se encuentra el Memorial en recuerdo de las víctimas, allí se han concentrado las autoridades encabezadas por los consellers de Justicia y de Interior, Ramon Espadaler y Núria Parlon; el presidente del Parlament, Josep Rull; y el alcalde de Barcelona Jaume Collboni, el delegado del Gobierno en Catalunya, Carlos Prieto (Salvador Illa se encuentra de vacaciones en Lanzarote y ha publicado un post en la red X), la presidenta de Junts, Laura Borràs y también ha estado presente Sílvia Orriols, la alcaldesa de Ripoll, la localidad donde vivían los terroristas, entre otros.

El alcalde Jaume Collboni, con una familiar de las víctimas de los atentados del 17-A (ACN)

 

Peticiones en un comunicado

También estaban familiares de las víctimas, supervivientes que vivieron el horror y representantes de algunas de las asociaciones que los representan, aunque el acto organizado por el ACVOT (Asociació Catalana de Víctimes de Organitzacions Terroristes) con motivo de este séptimo aniversario de los atentados está previsto a las 11.30 horas. A diferencia de otros años, se ha respetado escrupulosamente el minuto de silencio, pero no ha estado ausente de reivindicaciones por parte de las víctimas, que han aprovechado la presencia de las autoridades políticas para entregar un comunicado para pedir a la Generalitat que tome más medidas para protegerlos, y otras reivindicaciones, como un protocolo de asistencia, una legislación autonómica de atención a las víctimas y contar con un protocolo de atención posterior a un atentado. También han pedido la creación de un centro de memoria histórica específica sobre terrorismo, y han denunciado que en el 2010 se cerrara la oficina de atención a las víctimas del terrorismo, teniendo en cuenta que Catalunya es el segundo territorio del Estado que ha sufrido más atentados.

Fuera de lugar donde se celebraba el acto, pero ajeno a las víctimas, de 34 nacionalidades, también se ha concentrado un grupo de personas que llevaban pancartas en las cuales se podía leer "Estado terrorista" o "El Estado lo sabía, "estado asesino" "basta de impunidad", pero se han manifestado en silencio y sin provocar disturbios.

Pancartas contra el Estado durante el homenaje a las víctimas del 17-A (ACN)

 

Acto paralelo de la ACVOT

El segundo acto de homenaje celebrado por la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT) y la Plataforma 17-A también ha conmemorado el aniversario del atentado por separado y poco después de la celebración del acto institucional, en un acto celebrado al principio del paseo, en la fuente de Canaletes. Según informa Efe, el presidente de ACVOT, José Vargas, ha asegurado que este acto quiere recordar a todas las víctimas del 17-A y de todos los atentados terroristas, "porque estos hechos no se pueden olvidar" y ha mostrado su esperanza de que no "vuelvan a pasar". Los asistentes han realizado una ofrenda floral, en la que también han participado representantes de todas las fuerzas de seguridad que operan en Catalunya. Al acto también han asistido representantes de Sociedad Civil Catalana y de partidos, como Daniel Sirera (PP) y Joan Garriga (Vox), que ha denunciado que en Catalunya sigue existiendo un riesgo de terrorismo islámico, "que avanza por culpa de los socialistas y del separatismo", por lo que ha pedido a la nueva consellera de Interior, Núria Parlon, que el departamento se dedique a "controlar, combatir y expulsar al islamismo de Catalunya".

Agentes de las fuerzas de seguridad, en el acto de ACVOT (ACN)

 

El recuerdo de lo que pasó

Han pasado siete años, y alguien que hoy en día sea mayor de edad, en 2017 tan solo era un niño que seguramente no entendió lo que pasaba. Pero la memoria histórica, el recuerdo de los que vivieron aquel día con miedo y desazón, el dolor de las víctimas, de los familiares impotentes, todavía sobrevive. Y por eso no se puede olvidar lo que pasó: el 17 de agosto del 2017, poco después de las 17 horas, una furgoneta blanca llevó el terror a la Rambla, recorriendo 530 metros, el tramo existente entre las estaciones de metro de Ramblas y Liceo, llevándose por delante todo lo que encontraba y segando la vida de 15 personas. El terrorista, Younes Abouyaaqoub, paró la furgoneta hasta llegar al pla del Os, en el mural de Joan Miró, y consiguió escapar a pesar de la operación Jaula de los Mossos (el mismo operativo que utilizaron el pasado 8 de agosto para intentar detener al presidente en el exilio Carles Puigdemont).  El terrorista, que llevaba un cinturón de explosivos simulado, finalmente fue localizado y neutralizado por los Mossos cinco días después en Subirats. En su huida previa asesinó de una puñalada a un joven de Barcelona en su vehículo.

Abouyaaqoub formaba parte de una célula formada por 11 jóvenes, la mayoría vecinos de Ripoll, de los cuales dos, el imán de Ripoll Abdelbaki Es Satty, cerebro de la operación, y Youssef Aalla, murieron al manipular explosivos en un chalet de Alcanar (Tarragona) mientras preparaban el atentado, y otro, Houki Chamlal, sobrevivió y fue detenido. Este suceso precipitó el atropello improvisado a las Ramblas la tarde del 17 de agosto, primero, y posteriormente el ataque al paseo marítimo de Cambrils, ya durante la madrugada del 18 de agosto, donde fueron abatidos cinco de los terroristas por los Mossos d'Esquadra.

La Audiencia Nacional condenó apenas de 53, 46 y 8 años de prisión a los tres acusados de pertenecer a la célula yihadista. Para el tribunal quedó probado que dos de ellos, Mohamed Houli Chemlal y Driss Oukabir, que cumple la pena en Marruecos, participaron de manera indirecta de los atentados, aunque no estuvieron en ninguno de los escenarios presencialmente. Al tercer acusado, Saïd bien Iazza, la Audiencia lo condenó a ocho por colaborar con la célula, haberles cedido el coche para sus operaciones y haberles facilitado documentación, pero finalmente el Tribunal Supremo redujo la condena a 18 meses de prisión.