Un iceberg colosal se ha separado antártida, según ha informado esta semana el British Antarctic Survey o BAS (Relevo Antártico Británico, en catalán). La cosa es que la plataforma de hielo Brunt (de 150 metros de grosor, al norte del continente) se ha roto y se ha desprendido una masa de hielo de unos 1.550 kilómetros cuadrados, casi del tamaño de Londres y quince veces más grande que Barcelona. Así pues, el iceberg se ha formado después de que las grietas formadas naturalmente durante los últimos años se hayan extendido por toda la plataforma — haciendo que finalmente la nueva masa de hielo se liberara el pasado domingo entre las 19.00 y las 20.00 horas (UTC), durante una marea primaveral. Hace casi dos años que ya se desprendió el iceberg más grande del mundo, de más de 4.000 kilómetros cuadrados.
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La grieta en cuestión es la denominada Abismo-1, que fue detectada por primera vez hace una década y que ahora ya se ha extendido por toda la zona. Quede claro que se trata de un acontecimiento natural y no está ligado al cambio climático. "Era un hecho esperado y forma parte del comportamiento natural de la plataforma de hielo Brunt. No está ligado al cambio climático. Nuestros equipos científicos y operativos siguen supervisando la plataforma en tiempo real para garantizar que sea segura y para mantener nuestra tarea científica", ha explicado el glaciólogo Dominic Hodgson (BAS).
Previsiblemente, el nuevo iceberg seguirá el camino que ya siguió uno de sus predecesores: el iceberg A74, que se desprendió durante el febrero del 2021 y que se ha alejado de la plataforma de hielo Brunt hacia el mar de Weddell (dirección sudeste). Sea como sea, los glaciólogos de Bas monitorearan su movimiento y el Centro Nacional de Hielo de los Estados Unidos será quien le dé un nombre en el futuro.
Los científicos de BAS están tranquilos con el acontecimiento, ya que hace siete años que tomaron la decisión de trasladar la estación de investigación Halley hacia el interior de la plataforma de hielo. Además, desde el 2017 que el personal solo se despliega a la estación durante el verano antártico (entre noviembre y marzo). Ahora mismo hay 21 miembros del personal allí, que no han sufrido ningún tipo de problema por la separación del iceberg y que permanecerán en Halley hasta a principios de febrero — cuándo un avión los recoja. La directora del BAS, Jane Francis, ha celebrado que sus glaciólogos y equipos de operaciones "hayan anticipado el acontecimiento". "Las medidas de la plataforma de hielo se realizan varias veces al día mediante una red automatizada de instrumentos GPS de alta precisión que rodean la estación. Miden como se deforma y se mueve la plataforma de hielo, con datos que se comparan con imágenes de satélite y se envían a Cambridge para analizarlas. Sabemos que está pasando incluso al invierno antártico: cuando no hay personal en la estación, hace oscuro 24 horas y la temperatura baja por debajo de los 50 grados centígrados", explica Francis.