El estricto protocolo y el gran número de líderes mundial congregados en el Vaticano han marcado la ceremonia funeraria del papa Francisco, algo que dista mucho de su papado, a menudo marcado por la espontaneidad y la proximidad con los más pobres. A pesar de las obligaciones institucionales, el carácter y los ideales del difunto pontífice han rezumado durante toda la ceremonia. Especialmente, durante la homilía, leída por el cardenal Giovanni Battista Re. El cardenal no ha perdido la oportunidad de destacar que Francisco I "no paró de subir la voz implorando la paz" y se dedicó a los "últimos de la Tierra", es decir, los pobres y los migrantes.
🔴 Funeral papa Francisco, DIRECTO | Última hora del acto en la Basílica de San Pedro del Vaticano
"Conservó su temperamento y su forma de liderazgo pastoral y enseguida dio la huella de su fuerte personalidad al gobierno de la Iglesia, estableciendo un contacto directo con las personas y los pueblos, deseoso de estar cerca de todos, con una marcada atención a las personas en dificultad, gastándose sin medida, especialmente por los últimos de la tierra, los marginados", ha remarcado Re, quien actualmente tiene 91 años y no podrá participar en el cónclave.
Además, siguiendo el estilo de difunto pontífice, ha aprovechado el escenario plagado de líderes mundiales para remarcar el compromiso de Francisco I con la paz. "Ante el estallido de tantas guerras estos años, con horrores inhumanos e innumerables muertos y destrucciones", el papa Francisco no ha parado de subir la voz implorando la paz e invitando el juicio, la negociación honesta para encontrar posibles soluciones", ha sentenciado Re. Durante estas palabras del cardenal Re, los ojos (y las cámaras) se han volcado sobre el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, los cuales se encontraban en el palco de autoridades. Los dos se han encontrado antes de la ceremonia para hablar del conflicto en Ucrania.

Re ha subrayado también el compromiso que demostró el papa Francisco con su propio cargo. Ha señalado que su última aparición el Domingo de Resurrección como a ejemplo de este compromiso, ya que incluso "a pesar de graves problemas de salud, quiso impartirnos su bendición desde el balcón de la basílica de San Pedro y después bajó a esta plaza para saludar desde el papamóvil". Para el cardenal eso muestra una de las grandes prioridades del pontífice: estar cerca de la gente. "Estableció contacto directo con la gente, deseoso de estar para todo el mundo, con una marcada atención a los que tenían dificultades, dedicándose a pensar en todo, incluso en los últimos habitantes de la Tierra y en los marginados. Fue un papa entre el pueblo, con un corazón abierto a todo el mundo", ha sentenciado.
La mano del papa Francisco a su despido
Las prioridades del papa Francisco no se ha dejado ver solo a través de las palabras del cardenal Re, sino en otros detalles de la ceremonia. Por ejemplo, se han recitado varias oraciones en idiomas diferentes, pero por primera vez, una de estas lenguas ha sido la china. Durante su pontificado, Francesc se acercó a los fieles chinos y, por extensión, a Pekín, de quien buscaba una mejor relación con una institución como la Iglesia católica. Durante la ceremonia se han hecho oraciones y plegarias en latín, italiano, español, portugués, árabe, entre otros.
Miles de fieles llenan las calles hasta los topes
En la plaza de San Pedro, unas 50.000 personas han seguido la ceremonia. En estas se les tiene que sumar las otras 200.000 en la vía de la Conciliazione y a las calles limítrofes han tenido que seguir la ceremonia por las pantallas gigantes que han sido instaladas, según los datos que ha proporcionado el Vaticano. Muchas de las personas en la plaza y los alrededores del Vaticano han tomado posición desde la madrugada, decididos a no quedar atrás en este momento histórico. Una parte de los asistentes ya tenían el viaje planificado antes de que mueras el Papa y han aprovechado para ser testigos de esta ceremonia. El silencio y la solemnidad ha marcado la ceremonia entre los presentes, que en contadas ocasiones han arrancado a aplaudir, por ejemplo, cuando el cardenal Re ha mencionado el compromiso de Francisco I con la paz.