La Policía Nacional investigó al imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, en el 2005 porque sospechaba que daba apoyo logísticos en células terroristas vinculada a Al Qaeda. Esta información, que hasta ahora no había salido a la luz, no se facilitó a los Mossos d'Esquadra. El juez Grande-Marlaska autorizó que se le pinchara el teléfono para obtener información sobre el presunto cerebro de los ataques terroristas de Barcelona y Cambrils, un hecho desconocido por el cuerpo policial catalán, que tampoco conocía las vinculaciones de Es Satty con los detenidos por la operación antiyihadista Chacal I del 2007.
Esta nueva revelación, hecha pública hoy por el diario ABC, abre un nuevo episodio en el desconocimiento de los Mossos de los antecedentes del imán de Ripoll, después de la publicación de un correo electrónico de un agente belga que solicitaba información sobre Es Satty a un mando de la comisaría general de información de los Mossos d'Esquadra. Después de esta comunicación, el jefe de la Unidad de Análisis Estratégicos de la policía catalana buscó en la base de datos de la policía catalana y no encontró ningún resultado. No constaba nada sobre Es Satty.
12 años vinculado al yihadismo
Según la información publicada hoy, la jefe de la célula terrorista ya tenía intención de matar en España desde hace 12 años. Por eso, en el 2005, la Policía Nacional pidió una autorización al juez Fernando Grande-Marlaska para que se pudiera intervenir su teléfono. La policía española justificó esta petición bajo la premisa que había sospechas que Es Satti estaba vinculado a Ansar Al Islam y el Grupo Islámico Combatiendo, dos organizaciones de Al Qaeda.
Finalmente, el juez permitió la grabación de las llamadas de lo que más tarde sería el imán de Ripoll y el principal responsable de los atentados de Barcelona y Cambils. El magistrado Grande-Marlaska detectó la posibilidad que Es Satty estuviera colaborando con el terrorismo islámico dándole apoyo logístico y contribuyendo a la falsificación de documentación.
El individuo que lideraba el grupo de apoyo logístico a los terrorista era el imán de la mezquita de Vilanova i la Geltrú, el marroquí Mohammed Mrabet, que adoctrinó y radicalizó Es Satty. Mrabet estuvo implicado en una causa relacionada con el 11-M. El 23 de octubre de 2007, Baltasar Garzón dictó auto de procesamiento contra 22 imputados, entre ellos Mrabet, de los cuales finalmente fueron juzgados sólo nueve. Posteriormente, la Audiencia Nacional absolvió a cinco.
Los Mossos, desinformados
El pasado de Es Satti vinculado a Al Qaeda se añade en toda una serie de problemas de los Mossos para acceder información que ostentaba la policía española. Un comunicado de los sindicatos de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, en qué recriminaban haber quedado al margen del operativo del atentado, reveló que los cuerpos policiales españoles conocían que Es Satty era discípulo de uno de los detenidos en la operación de la Policía Nacional contra el terrorismo yihadista Chacal I.
Los Mossos tampoco conocían, tal como confirmó el conseller de Interior ayer, que el cerebro de los atentados de Barcelona y Cambrils salió con una orden de expulsión de España de la prisión de Castellón en el 2014, donde cumplía una condena de 4 años por tráfico de drogas. Unos antecedentes y una condena —después recurrida— que los Mossos desconocían, tal como demostró el requerimiento de información sobre el imán por parte de un policía belga a un mosso en el 2016.