¡Catorce años de litigio! Una familia ha conseguido que la aseguradora Zurich, finalmente, indemnice con 2,5 millones de euros a su hija con síndrome de Down por una mala praxis médica que sufrió cuando fue operada por deformaciones cardiacas en el Hospital Sant Joan de Déu, en el 2010. Tenía un mes de edad y la negligencia le ha provocado graves e irreversibles secuelas. La aseguradora ha abonado la indemnización pocos días antes de la celebración del juicio, "hecho que evidencia que era consciente de la mala praxis y la gravedad del perjuicio", afirma José Antonio Fontanilla, abogado de la familia en ElNacional.cat este martes.

La magistrada del juzgado de Primera Instancia 35 de Barcelona ha dictado el acuerdo y la suspensión del juicio, con el anuncio de la aseguradora de asumir la indemnización. La familia, que se quiere mantener en el anonimato, ha querido hacer público su traumática experiencia y más en el caso de su hija, con síndrome de Down y con secuelas tan graves. "Obligar a las familias a un desgaste económico y emocional durante tanto tiempo es contrario a la buena fe y cruel", manifiesta su letrado, que al mismo tiempo asegura que se intentó  "multitud de veces"llegar a un acuerdo, también de forma extrajudicial, con la aseguradora del hospital y el cirujano.

Le cerraron la arteria aorta

La operación consistió en corregir unas deformaciones del corazón, y el cirujano en lugar de cerrarle el conducto arterioso, conocido por ductus (que habitualmente se cierra solo), que continuaba abierto, le cerró la arteria aorta, que es la encargada de llevar la sangre del corazón  al resto del cuerpo, a través de los vasos sanguíneos. La menor fue trasladada a la UCI, "sin una eficiente vigilancia", donde empezó a tener síntomas graves, como las piernas frías, al no llegarle la sangre, y falta de orina, hasta que unas ocho horas después se dieron cuenta del error y volvieron a intervenirla.

En la segunda intervención, y a causa de la prolongación de falta de riego sanguíneo, o por un riego muy deficiente, no se pudo evitar que quedaran a la menor secuelas graves e irreversibles, como ahora un caminar muy deficiente; una vejiga neurógena, que implica tener que sondarla para que pueda evacuar la orina y la cual le provoca reiteradas infecciones, con el consiguiente riesgo dañar  los riñones, y una limitación de sus actividades; y en un intestino neurógeno, que requiere la ayuda de una persona para defecar. "La afectación que todo eso ha provocado en la familia ha sido enorme", declara a su abogado.

Sin asumir responsabilidades

La familia denunció el hospital y el cirujano por la vía penal, que negaron cualquier negligencia, y el tribunal aseguró que no se había cometido ningún delito. Después, el despacho de abogados Fontanilla asumió el caso y presentó una demanda, por la vía civil, con el asesoramiento de un cardiólogo de renombre, que emitió un informe, en el cual se sostiene que sí que hubo una negligencia en la operación de la menor. No hubo ningún informe alternativo contrario, y a las puertas del juicio, la aseguradora ha querido llegar a un acuerdo y pagar 2,5 millones a la menor.

En este sentido, desde Fontanilla Abogados se denuncia la desventaja que tienen las familias en estas situaciones frente a las aseguradas, con muchos recursos, que llenan los juzgados de informes y periciales. Concluye que "sería conveniente y necesario la creación de juzgados especializados en responsabilidad sanitaria, en número suficiente para que la carga de trabajo no los impida el estudio en profundidad de los casos, muchas veces muy complejos".