La Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) -que promueve el bienestar de estos colectivos en alto riesgo de marginación social con el objetivo de contribuir a su desarrollo persona y ejercer la protección y tutela de los niños y adolescentes desamparados-, y el Departament d'Interior trabajan para crear un espacio que ponga fin a la problemática de los menores extranjeros no acompañados (MENA) que pasan noches en la comisaría, a la espera de una plaza en un centro, y evitar así, que el próximo verano se repitan.
La secretaria de Infancia, Adolescencia y Juventud, Georgina Oliva, ha explicado que desde la DGAIA siempre se ha defendido un proyecto que combine la identificación y reseña de los jóvenes, y la atención sanitaria y acompañamiento emocional y educativo hasta que se les derive al sistema de protección.
Oliva explica que el problema no se ha podido solucionar todavía, ya que, a pesar de la bajada de llegadas a causa del frío, todavía llegan entre 15 y 20 menores cada día, a cualquier momento del día.
El proyecto que se plantea
Es por este motivo que desde la DGAIA se plantea un espacio donde la policía pueda hacer la identificación de los menores y su reseña, y al mismo tiempo, darles una buena atención médica, y acompañamiento hasta el momento de disponer de una plaza de emergencia.
El objetivo final del proyecto es evitar que en el posible repunte de llegadas el próximo verano, no se tengan que repetir las escenas de niños pasando la noche en la comisaría.
La estrategia del Gobierno
Esta propuesta forma parte de la Estrategia Catalana de Acogida e Inclusión Social que está preparando el Govern, con el fin de mejorar la atención a los menores migrantes que llegan al país. Es una estrategia que tiene que permitir revisar el procedimiento actual, ver qué no ha funcionado y planificar nuevas acciones en base a las previsiones de emergencia social.
Para Oliva, aparte de garantizar una buena primera acogida, el sistema hace falta repensarlo para dotarlo de más recursos para el emancipación y la autonomía de estos jóvenes. Así, prevé que se consoliden cuatro centros de emergencia, uno por demarcación, con cabida para unos 100 jóvenes a la espera de una plaza en otro recurso, sea centro residencial y piso.
Luchar contra el estigma
Oliva ha negado que el colectivo sea un foco de delincuencia a pesar de los episodios conocidos las últimas semanas en algunos municipios. Por Oliva, les consta que la cifra de los MENA que pueden estar delinquiendo en la vía pública es tan sólo del 0,1% y por eso cree que es más uno "titular que crea alarma que una realidad".
Por eso ha pedido que la sociedad sea responsable para evitar estigmatizar al colectivo. Ha defendido que la gran mayoría del colectivo pasan por un proceso "absolutamente normalizado" y que estigmatizarlos podría atizar discursos "de rechazo" hacia el otro.