Una de las dos caporales que forman parte de la plantilla de la Brigada Móvil de los Mossos d'Esquadra, Anna Capdevila, denunció hace unos días en una entrevista en TV3 que sufría acoso laboral por parte de sus jefes de esta área de los antidisturbios de la policía catalana. La caporala denunció al programa Planta Baixa de TV3 que durante años se ha sentido discriminada por el hecho de ser mujer y explicó que presentó una denuncia contra cinco de los mandos de la Brigada Móvil. En la aplicación del protocolo de resolución de conflictos internos, que sirve también para la resolución de conflictos sexistas o por condición sexual, se han escuchado los últimos meses el testigo de los jefes de esta área y también a compañeras de la caporala.
Según ha podido saber ElNacional.cat, los dos informes, firmados, respectivamente, por un intendente y una intendente, no ven acoso ni discriminación laboral de los jefes de los antidisturbios de la policía catalana contra la caporala Capdevila. En el momento que la caporala denunció los hechos, la Comisión de Valoración del Acoso Sexual (COVAS) puso en marcha una instrucción interna para aclarar los hechos. Fue un intendente y un inspector quién citaron a declarar a cinco mandos de los Mossos para contrastar la versión que había facilitado la caporala. Según ella, desde 2013 había sido discriminada por su condición de mujer, evitando así asumir puestos de mando dentro de la Comisaría General de Recursos Operativos (CGRO) y del Área de la Brigada Móvil.
Dos informes de Mossos no ven discriminación
Los jefes citados declararon ante el intendente y del inspector y negaron los hechos. Al mismo tiempo, incluso demostraron que algunos de los hechos relatados por la caporala en su denuncia no eran correctos, o que se habían modificado datos y fechas para hacerlas cuadrar con su declaración. La conclusión de este informe, que firmó el intendente Jordi Bascompte, se tuvo a final de septiembre y aseguraba que no se había detectado ninguna discriminación en razón de sexo a la caporala.
Con todo, sin embargo, Interior creyó que el informe no estaba completo, y que solo se había entrevistado a los jefes y se ordenó la apertura de un segundo informe que ha liderado a la intendente Sílvia Catà -futura nueva comisaria- y que ha concluido, después de escuchar la versión de compañeras de trabajo de Capdevila, que tampoco se ha detectado discriminación ni mucho menos acoso. Este último dictamen se ha entregado hoy mismo, 28 de noviembre, según ha podido saber ElNacional.cat.
Una medalla, el detonante
Tal como explicó la misma caporala en la entrevista a TV3, si bien hacía tiempo que tenía la sensación que sus jefes no la dejaban prosperar profesionalmente, el detonante fue cuando, según ella, tenía que ser condecorada con una medalla al mérito policial por la gestión de un proyecto y fue, en cambio, otro mando hombre quién se la llevó. Ella se quejó y presentó una nota informativa interna detallando los hechos. En declaraciones en TV3 aseguró que el jefe de la Brigada Móvil llegó a decirle que si detenía su ofensiva se le otorgaría la medalla que quería para poder ascender a sergenta. Fuentes internas de los antidisturbios de los Mossos han negado en redondo esta oferta e incluso han detallado que fue Capdevila quien ofreció la medalla como solución y dejar correr su denuncia.
La caporala Anna Capdevila ha servido casi todos sus años de carrera, los 24 que lleva en los Mossos d'Esquadra, en unidades de intervención como el ARRO o la Brigada Móvil, si bien la mayoría de los años lo ha hecho en trabajos de apoyo y no operativos. En la misma entrevista en TV3 acusó el cuerpo de los Mossos de comportamientos "machistas" e incluso dijo que "muchas mujeres lloran en los vestuarios" pero quiso también detallar que la medalla que no le dieron, a pesar de ser el detonante, "ahora yo no es lo más importante".
Con todo, fuentes de la policía catalana con quién ha podido hablar este medio aseguran que encuentran fuera de lugar la denuncia presentada por la caporala que incluso había recibido discriminación positiva con el fin de poder conciliar su vida familiar con el trabajo para poder seguir al orden público aunque había generado tensiones internas y enfrentamientos personales y profesionales en el seno de diferentes equipos de los cuales había formado parte e, incluso, liderado.