Los Mossos d'Esquadra hace cinco años que analizan el atentado de Barcelona y Cambrils. Es Satty y sus seguidores, jóvenes marroquíes, inmigrantes de segunda generación, que después de estar escolarizados en Ripoll, catalizados por el adoctrinamiento del imán que llegó al municipio el año 2015 y también por la auto-radicalización, fueron generando su relato y discurso que acabó con el ataque de la rambla de Barcelona el 17 de agosto de 2017 y con el ataque con armas blancas y un vehículo al paseo marítimo de Cambrils, la madrugada del 18 de agosto.

Visto ahora, en perspectiva, hay decenas de movimientos, físicos y digitales, comportamientos, comentarios e incluso incidentes que, dispersados, no sirvieron de nada a los investigadores de la Comisaría General de Información de aquel momento para detectar que en Ripoll, un municipio que no pasa de 10.000 habitantes, había un grupo de jóvenes, algunos con vínculos familiares entre ellos, que estaban preparando un atentado a gran escala en Barcelona y París.

Unir todas estas informaciones quizás no habría evitado el ataque de Younes Abouyaaqoub con la furgoneta al tramo superior de la rambla de Barcelona, pero habría servido para alertar a los investigadores de que había unos patrones, un perfil de actividad, que podía ser un incipiente signo de radicalización e incluso de ir un paso más, y preparar un ataque. Toda esta recopilación, tratamiento y análisis de datos es lo que es la inteligencia policial.

De la inteligencia a la ciberinteligencia

Los Mossos d'Esquadra ya analizan todos los datos que tienen a su alcance, pero ahora, con el plan tecnológico que la Prefectura está llevando a cabo, está previsto que se monte una nueva comisaría general que permita poner más esfuerzos para mejorar esta inteligencia con más tecnología, dando más capacidad a la policía catalana, titular de la lucha antiterrorista en Catalunya, para unir puntos con una ciberinteligencia capaz de detectar riesgos, utilizando la inteligencia artificial. La Comisaría General TIC, que se incluirá en la nueva estructura de los Mossos d'Esquadra que está prevista que se apruebe pasado el verano, tal como adelantó ElNacional.cat, no restará competencias en inteligencia antiterrorista a la Comisaría General de Información, que es la que investiga y actúa contra los extremismos violentos y las radicalizaciones que acaban en delito, pero sí que facilitará nuevas capacidades tecnológicas a todo el cuerpo.

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El comisario Eduard Sallent en un instante de la conversación con ElNacional.cat / Foto: Pau de la Calle

Así lo ha explicado en una conversación con ElNacional.cat el comisario de la Prefectura, Eduard Sallent, el ideólogo de este cambio de rumbo tecnológico que tiene que hacer la policía catalana durante los próximos años, en la línea de las tendencias que se están haciendo en todo el mundo en la guerra contra el terrorismo, y que tienen que permitir actualizar el cuerpo de la policía catalana. Este cambio de estructura, que facilitará este proyecto tecnológico, está incardinado a modernizar el cuerpo de los Mossos d'Esquadra de cara a 2030 y llega ahora, cinco años después de los atentados de Barcelona y Cambrils, y cuando se ha podido remodelar la estructura de mando, con la incorporación de nuevos líderes, cómo el comisario en jefe Josep Maria Estela, que sustituyó a final del 2021 el major Josep Lluís Trapero, y el mismo Sallent, que ya había esbozado, a final de 2020, el plan de modernización del cuerpo, repentinamente parado con la "restitución" del major Trapero cuándo fue absuelto por la Audiencia Nacional española.

Las pistas de los atentados del 17-A y la inteligencia artificial

¿Cómo puede ayudar a la tecnología en la lucha contra el terrorismo y la radicalización violenta? El comisario Sallent lo tiene claro. Dotar a los Mossos d'Esquadra de una nueva arquitectura digital permitirá mejorar en el análisis de los datos obtenidos y, por lo tanto, mejorar el perfilamiento, la generación de patrones y, en definitiva, mejorar las estrategias policiales para combatir este tipo de actividad criminal. La nueva Comisaría General TIC reclutará talento y desarrollará tecnología que permita, más allá de mejorar la obtención de información de fuentes abiertas, como las redes sociales, también ser más eficientes, gracias a la inteligencia artificial, en la explotación de los datos minados y conseguidos.

El comisario explica que antes del atentado de Barcelona y Cambrils se habían registrado incidentes que, solos, sin ningún tipo de conexión, con la imposibilidad humana de relacionarlos, no tenían ningún sentido. Si se hubiera tenido la tecnología para unirlos, como puntos alejados de un universo gigante, habrían podido dar pistas a los investigadores de los Mossos d'Esquadra. Uno de los integrantes del grupo terrorista fue detectado delante de la comisaría de los Mossos de Salt rezando. Se investigó, Información hizo seguimiento, no se detectó nada, y se archivó. En redes sociales infantiles, uno de los miembros de seguidores de Es Satty hizo comentarios con referencias al yihadismo. El alquiler de las furgonetas sin ningún tipo de objetivo comercial o la compra de precursores de explosivos en varios puntos del país. Estos hechos puntuales, sin conexión, imposibles de conectar a ojo humano, con la capacidad tecnológica a la cual aspira esta nueva comisaría general se hubieran podido integrar y hubieran permitido generar más banderas rojas a los investigadores. Seguramente no se habría podido evitar el ataque de Barcelona, pero sí que habría permitido tener más conocimiento de los terroristas después del primer ataque o incluso haber hecho sonar las alarmas antes.

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Eduard Sallent, comisario de la Prefectura de los Mossos d'Esquadra, en Egara / Foto: Pau de la Calle

Sin embargo, eso solamente será posible con la mejora de la arquitectura de las bases de datos policiales actuales. Ahora mismo, todos los datos recogidos por los Mossos d'Esquadra se archivan en infinitas bases de datos, que se pueden rastrear y extraer según unos parámetros finitos. El objetivo del proyecto de Eduard Sallent prevé que estos datos se puedan mirar y remirar del derecho y del revés, sin ninguna limitación por culpa del sistema -un software de gestión de los datos policiales de antes del 2000. Con una arquitectura más moderna y la incorporación de la inteligencia artificial permitirá a los investigadores de los Mossos tener más datos, prever comportamientos ilícitos y ser una fuente de alerta por la policía y generar, en definitiva, inteligencia, una de las piezas claves de la guerra contra el terrorismo.

La modernización tecnológica de los Mossos

Esta modernización no pasa solamente por la creación de una nueva comisaría general. Este es el primer paso formal, pero tendrá que ir acompañado de una modernización del software, alguno transversal y otro que se tendrá que desarrollar ad hoc, y también por la incorporación de talento, interno y externo, a las divisiones y área de la nueva comisaría.

Los Mossos no descartan reclutar personas especialistas en gestión y tratamiento de datos e inteligencia artificial fuera del cuerpo, un hecho que se tendrá que ligar con el obligado relieve generacional que hay y cada vez será más pronunciado tanto en la estructura de mando como también en la plantilla de la policía catalana. Con la necesidad de perfeccionar los conocimientos en personas nativas en el entorno digital y teniendo que dotar de conocimientos básicos de este nuevo paradigma de trabajo e inteligencia en los agentes y mandos no nativos.