El Departament de Justícia de la Generalitat (a través del Servei de Supervisió i Protectorat) investiga el destino y la gestión de la herencia y el patrimonio de Pere Mir y Puig, el principal mecenas de la investigación científica en Catalunya, muerto en 2017. El Punt avui, explica que el objeto de este proceso previo de investigación es la Fundació Privada Cellex, a través de la cual Mir hacía sus donaciones y aportaciones al mundo de la ciencia; el rotativo destaca la donación de 8 millones de euros que el año 2013 que permitió poner en marcha el centro de investigación biomédica que lleva el nombre de la fundación y que está en la Facultat de Medicina de la UB.
"Se ha iniciado un periodo de actuaciones previas a la mencionada fundación (Cellex) con la finalidad de requerir determinada información y documentación con el fin de aclarar los hechos expuestos en su escrito de denuncia", indica en un escrito el jefe del Servicio de Supervisión y Protectorado, Víctor Vallès. Justícia hizo un requerimiento de información a Cellex el pasado 13 de junio y ya lo ha recibido, ahora lo está analizando. De hecho, fuentes de Cellex han explicado al mencionado medio que han entregado la información requerida y más" y que "se está al día de todas las obligaciones con el Protectorat".
La primera investigación
En 2019 Hacienda mandó una investigación a Cellex como destinataria de la herencia de Pere Mir y, según explican, "acabó bien", con solo algunas "pequeñas sanciones". Ahora, uno de los objetivos de la investigación solicitada al Servei de Supervisió i Protectorat es saber el alcance real de la herencia del mecenas de la ciencia. Después de morir, la fortuna de Mir oscilaba en torno a los 400 millones de euros, según estima Àngel Surroca, consejero delegado de Derivados Forestales, grupo empresarial del sector químico con origen en Sant Celoni y fuente del patrimonio del mecenas. La relación entre Surroca y Mir era muy estrecha.
Muy diferente es la cifra que dan las fuentes de Cellex: "Negamos rotundamente esta cifra, que es inventada". Según estas fuentes, Pere Mir dio en vida unos 90 millones y después de morir el conjunto de su patrimonio era de unos 40 millones.
Los albaceas de Mir
Àngel Surroca es un nombre clave en la denuncia. Al otro lado, los nombres clave son los de Jordi Segarra y Josep Maria Tabernero, que, con Juan Francisco Capellas, fueron nombrados albaceas de Mir. Esta designación se incluyó en el testamento del mecenas a través de una modificación que se hizo dos meses antes de que muriera. Segarra, Tabernero y Capellas son, pues, los responsables de dar cuenta del destino del legado Mir, explica el citado diario.
Surroca desconfía de la gestión de este legado y lo expone en un capítulo de su libro De la fusta a la fusta. La història del grup Derivados Forestales (1942-2006), editado en el 2022. El consejero delegado de Derivados Forestales se pregunta "qué se ha sido de la residencia de la Pleta de la Vall d’Aran, de las dos propiedades de Suiza, de las dos viviendas de la calle Modolell". Por eso y por otras dudas pide una "investigación a fondo del factor financiero en el extranjero".
El destino de Cellex
Cellex, también en un libro publicado en el 2018, explica sobre el legado de Mir que se mantendrán los compromisos, en diez años, con la Casa de Vilassar, la ayuda a los alumnos capacitados en matemáticas, el ICFO y el instituto oncológico del Foso de Hebrón. También se dice que Cellex está destinada a disolverse.