Europa ha superado el centenar de casos de hepatitis aguda infantil de origen desconocido, según ha anunciado el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC, por las siglas en inglés). El organismo tiene registrados concretamente entre 102 y 106 casos de esta hepatitis en niños. De acuerdo con los datos de este organismo europeo, el Estado español ya tiene 22 casos, sólo superados por los 35 de Italia. Son cifras elevadas ante los dos de Austria, tres en Bélgica, dos en Chipre, seis en Dinamarca, dos en Francia, uno en Alemania, menos de cinco en Irlanda, seis en los Países Bajos, cuatro en Noruega, uno en Polonia, ocho en Portugal y nueve en Suecia.
Por su parte, hasta la semana pasada, el Reino Unido ha identificado a un total de 163 niños, menores de 16 años, con esta hepatitis, y es el Estado europeo -no de la UE- con más casos. De estos, once niños han necesitado un trasplante de hígado. Fuera de la UE y del Reino Unido, hay al menos otros 181 casos de hepatitis aguda en niños en Argentina, Brasil, Canadá, Costa Rica, Indonesia, Israel, Japón, Panamá, Serbia, Singapur, Corea del Sur y Estados Unidos. Así, el número total de casos reportados en todo el mundo es de aproximadamente 450.
El ECDC también manifiesta que "todavía no está claro si los casos identificados después de la alerta forman parte de un verdadero aumento, en comparación con la tasa habitual de hepatitis de etiología desconocida en niños". Los pediatras, que siguen sin precisar las causas del aumento, han lanzado un mensaje de tranquilidad a la población, al descartar que haya una "alarma social", sino solo una advertencia médica para que los profesionales estén más pendientes de la situación. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y diferentes agencias sanitarias siguen buscando el origen del brote de hepatitis aguda. Sobre la mesa hay varias hipótesis, aunque en este momento las sospechas principales se centran en el serotipo 41 de la especie F de adenovirus. La explicación más probable de este incremento de casos y de su gravedad, según los expertos, es la falta de exposición de los niños a los virus comunes a causa de las restricciones derivadas de la pandemia de covid durante los dos últimos años, combinada con un aumento reciente a las infecciones por adenovirus a medida que la sociedad se ha abierto de nuevo.
Todo apunta que se trata de adenovirus, un tipo de infección que se transmite por vía digestiva, por contacto directo o por respiración y que presenta una doble cadena de ADN, a diferencia de otros virus como el de la covid que son de ARN. El problema es que se desconoce por qué se producen estos casos graves, ya que ninguno de los pacientes tratados en Gran Bretaña han dado positivo en los virus que desencadenan en la enfermedad (A, B, C, D y E). También está la hipótesis que haya aparecido una nueva cepa de adenovirus con características diferentes de las conocidas hasta ahora o que tenga que ver con alguna toxina. "Podría ser un factor, pero no lo podemos confirmar ni negar porque está todavía bajo investigación, Seguimos buscando posibles agentes infecciosos y monitorizando el brote para ver qué hay detrás", apunta un experto.