La Real Academia Sueca de las Ciencias ha otorgado este martes el Premio Nobel de Física a John J. Hopfield y Geoffrey E. Hinton por los descubrimientos e inventos fundamentales que permiten el aprendizaje automático con redes neuronales artificiales, comúnmente denominado machine learning. Desde que se dio el primer premio de Física el año 1901, hasta 117 científicos lo habían recibido, ya que se pueden galardonar hasta tres investigadores por categoría. Es el caso del año 2023, cuando tres físicos, Pierre Agostini, Ferenc Krausz y Anne El Huillier, fueron galardonados por explorar el mundo de los electrones dentro de los átomos y las moléculas.
Por un lado, Hopfield, de la Universidad de Princeton (EE. UU.), creó una memoria asociativa que permite almacenar y reconstruir imágenes y otros patrones contenidos en datos. Por otro lado, Hinton, de la Universidad de Toronto (Canadá), inventó un método que puede descubrir de forma independiente propiedades en datos y que se ha vuelto importante para las grandes redes neuronales artificiales que se usan hoy en día.
Ambas aportaciones han sido de gran utilidad para el desarrollo de la inteligencia artificial (IA). Por ello, la academia sueca ha señalado, gracias al trabajo de ambos científicos, esta tecnología "revolucionando la ciencia, la ingeniería y la vida diaria", aunque también ha alertado de los riscos y de la necesidad de responsabilidad para utilizar estas tecnologías de una forma “segura y ética”.
Semana de premios
El pasado lunes ya se entregó el Premio Nobel de Medicina y los anuncios de los ganadores de estos prestigiosos reconocimientos continuarán los próximos días con Química, Literatura, de la Paz y, por último, el de Economía, el lunes que viene. Además del reconocimiento, los ganadores reciben un premio en metálico de casi un millón de euros.
El origen de estos galardones se encuentra en el arrepentimiento. El magnate sueco Alfred Nobel (1833-1896) amasó una gran fortuna gracias a sus inventos, especialmente, la dinamita. Sin embargo, lo mismo que para él fue una fuente de riqueza, impactó negativamente en la vida de otras personas. Arrepentido por las consecuencias del uso de este explosivo en contextos bélicos, en su testamento, dispuso que su fortuna se invirtiera en valores mobiliarios y seguros, y que los intereses se dividieran en cinco partes iguales, que deberían destinarse a premiar personalidades en otros campos, sin atender a la nacionalidad.