El exseleccionador de la Real Federación Espanñola de Fútbol (RFEF) reiteró ante el juez que en ningún caso coaccionó a la jugadora Jennifer Hermoso. "No creo que quepa en ninguna cabeza que el seleccionador, de manera pública, en un avión, pueda presionar o coaccionar o decir un poco de manera hostil o con amenazas a una persona que conoce desde hace tiempo, que es el hermano de una jugadora que la tiene esta especial estima". Así, de contundente se mostró Vilda ante el juez de la Audiencia Nacional, Francisco de Jorge, donde insistió en que no presionó Hermoso para que mintiera sobre el beso que le hizo Luis Rubiales durante la celebración del Mundial, y afirmara que había sido reconocido.
Vilda declaró como imputado—igual que otros mandatarios de la RFEF— y según ha destapado El Periódico, aseguró que las personas que lo conocen saben que es "incapaz de presionar o coaccionar a nadie". En este sentido, instó al juez a preguntarle a "cualquiera de las jugadoras" que había entrenado durante los 17 años de carrera en la selección. Precisamente, en esta cuestión puso mucho énfasis, tanto es así, que la teniente fiscal de la Audiencia, Marta Durántez, le pidió ceñirse a las preguntas que se le hacían.
El objetivo: bajar la presión mediática
El exseleccionador reconoció que durante las 24 horas que duró el viaje había intentado ir hasta 3 veces a hablar con Rafael Hermoso— hermano de la jugadora madrileña—porque las dos primeras veces estaba durmiendo. Vilda explicó que prefería hablar con él porque en Jenni la veía "agobiada", según detalla, su intención era "bajar la presión mediática" sobre la jugadora, ya que, consideraba que la situación podría afectar a su "rendimiento deportivo. Con todo, negó tajantemente que la buscara con insistencia. ¿"Cree que en 24 horas buscar dos veces a una persona es insistente"?, preguntó al juez. En este sentido, defendió que su preocupación era por la jugadora y no por el entonces presidente de la RFEF, Luis Rubiales, porque le tiene "especial estima", ya que, la conoce hace años. Además, Vilda detalló que había recibido "mensajes bonitos de ella durante este mundial, de reconocimiento y de orgullo de todo lo que estábamos haciendo".
Sobre si había amenazado "con represalias" al hermano de la jugadora si ella no salía públicamente dando apoyo a Rubiales, Vilda ha asegurado "como se me ocurrirá a mí hacer eso". "Si pensamos eso es echar piedras sobre mi propio tejado, porque las únicas represalias que yo puedo hacer como seleccionador sería no convocarla. Pero si yo no convoco a una de las mejores jugadoras del mundo durante los 10 años últimos, por lo tanto, yo estaría haciendo daño a la selección", explicó justo antes de añadir que se trata de una jugadora a la cual aprecia y de la cual valora "mucho su rendimiento deportivo".
No tenía conocimiento del beso de Rubiales
En relación con el beso de Rubiales en Jenni Hermoso durante la celebración del título en Sidney afirmó que "no fui consciente de nada" porque estaba al final de la fila. Además, detalla que a partir de aquel momento "se le torció la noche", ya que su hija tuvo mal de barriga y la tuvieron que llevar en ambulancia al hospital. Relata que hasta llegar al aeropuerto hay un "ambiente de celebración, porque hemos hecho historia". Y una vez en el avión, "se empieza a enrarecer el ambiente", y ni mucho menos es lo mismo, y a partir de aquí se forman grupitos. Uno de estos está formado por Rubiales y sus hombres de confianza. Explicó que al enterarse del beso de Rubiales y verlo por internet fue consciente del revuelo mediático que "estaba cogiendo el beso", en detrimento del "hito histórico" de ser las campeonas del mundo.