Un juez ha abierto una investigación por el taller organizado por el grupo de los Blaus en la fiesta mayor de Granollers el agosto pasado, en el cual niños y adultos jugaban a hacer falsos cócteles Molotov que simulaban lanzar a un policía. El juzgado de instrucción número 3 de Granollers ha incoado diligencias previas sobre estos hechos. La denuncia de varios sindicatos policiales por un presunto delito de odio y de injurias graves contra los cuerpos y fuerzas de seguridad llevó a actuar entonces a la fiscalía de menores, que instó los Mossos d'Esquadra y la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) de la Generalitat a identificar si en algún momento se pusieron menores en una "situación de riesgo" durante la celebración de la actividad. Según un escrito al cual ha tenido acceso EFE, la Fiscalía del área Granollers-Mollet ha acordado ahora abrir diligencias de investigación, como pasa cuando se aprecia que los hechos pueden ser "aparentemente" delictivos, y ha archivado sus actuaciones.

El taller, organizado por el grupo de los Blaucops, un grupo dentro de los Blaus, se hizo el pasado 27 de agosto en la plaza de Can Trullàs de Granollers. Bajo el título de 'Técnicas aplicadas a la guerrilla urbana', la actividad consistía en una prueba en que algunos participantes, entre ellos menores, lanzaban objetos de ropa simulando ser un cóctel Molotov, apuntando hacia un muñeco vestido de policía. En otra actividad, empujaban un contenedor contra la imagen de una furgoneta policial. El polémico taller provocó la indignación de los sindicatos policiales de los Mossos d'Esquadra, que presentaron una denuncia conjunta contra el Ayuntamiento de Granollers y su alcaldesa, Alba Barnusell, del PSC. El consistorio rechazó el contenido del taller e incluso acabó pronunciándose la consellera de Interior, Núria Parlon, que calificó de "intolerable" la actividad, al considerar que fomentaba "prácticas violentas de los niños".

El grupo de los Blaus se defendió afirmando que se trataba de una actividad de carácter "lúdico" y que "en ningún caso" tenían intención de ofender los cuerpos de seguridad ni incitar a la violencia. En un comunicado, unos días más tarde, denunciaron que se había orquestado una "operación con intenciones ideológicas y políticas" en torno a la polémica y defendieron el derecho a "subvertir normas e imposiciones" durante la fiesta mayor.