El juzgado de vigilancia penitenciaria ha avalado al modelo de semilibertad de Oriol Pujol pero no le permite salir los sábados. Así, aprueba la aplicación del acuerdo de la junta de tratamiento de Brians 1 para que Pujol pueda salir durante el día de la prisión para trabajar y participar en actividades de voluntariado, aunque lo circunscribe a los días entre semana.
El fiscal había presentado un escrito rechazando la medida porque consideraba que era un tercer grado "encubierto" y una "falta de respeto" a las resoluciones judiciales, en este caso a la revocación del tercer grado. También atribuía el semilibertad al hecho de que gobernara la Generalitat el partido heredero de CDC y que Pujol sea hijo del expresidente.
En su auto, el juez desestima los motivos esgrimidos por la fiscalía y cree la propuesta de la junta de tratamiento está suficientemente fundamentada. Los informes del equipo técnico, continúa, sostienen que tanto la actividad laboral como la social "influyen de forma positiva en las carencias del interno y forman parte de su programa individual de trabajo".
Concluye que se opta por este régimen flexible por la "consecución de los objetivos personales y laborales obtenidos por el interno en su programa individual de tratamiento", para favorecer su proceso de inserción social y laboral. De hecho, recuerda que en una resolución anterior, este mismo juzgado ya admitió que concurrían en el interno "circunstancias positivas", como que era la primera vez que delinquía, que había asumido los hechos, que tenía un bajo riesgo de reincidencia, que se había adaptado a la normativa y que estaba integrado social y familiarmente, con un trabajo de agente comercial en diferentes empresas.
Si bien estas circunstancias no se consideraron en su momento con entidad suficiente para confirmar la clasificación inicial en tercer grado, continúa, "porque concurrían variables negativas de singular importancia", sí que tienen que ser tenidas en cuenta ahora. Además, remarca que Oriol Pujol ahora sí que ha acabado el programa de moral y valores, "mostrando un alto grado de arrepentimiento y reprobación ante el hecho delictivo, así como responsabilizándose de lo mismo".
También añade que durante el tercer grado y la aplicación después de este modelo de semilibertad ha cumplido siempre con los horarios y las normas.