La Secretaria de Mesures Penals, Reinserció i Atenció a la Víctima ha enviado fuera de las prisiones a 16 internos con un estado de salud vulnerable y buena conducta para que pasen el confinamiento del coronavirus fuera de los centros penitenciarios. Según la secretaría de la Conselleria de Justicia, estas personas "si no tuvieran patologías previas, estarían confinadas en la prisión. En cambio, la protección de su salud obliga a tomar medidas de protección especiales".

En 11 casos estarán confinados en su casa. Cinco internos más permanecerán este tiempo en pisos extrapenitenciarios —denominados unidades dependientes— que gestionan entidades sociales. Desde la semana pasada, estas personas están sujetas a control telemático o supervisadas por los responsables de las unidades dependientes. Todos los casos han sido informados a la Fiscalía. Si hay recurso, lo resolverá el juzgado de vigilancia penitenciaria.

Los médicos han considerado que requerían medidas de protección especiales porque son casos de riesgo si se contagian. Las juntas de tratamiento, por su parte, han estudiado de manera individualizada variables como el riesgo de reincidencia, la posibilidad de recaer en consumo de alcohol o tóxicos, y las condiciones de sus domicilios para cumplir el confinamiento. Las juntas de tratamiento han aprobado clasificaciones en tercer grado para estos internos, en la modalidad de cumplimiento que prevé el artículo 86.4 del Reglamento penitenciario, por motivos sanitarios.

Seis internos más con salud precaria y sin posibilidad de ser progresados al tercer grado porque están a la espera de juicio, han sido trasladados desde el Centro Penitenciario Brians 1 (Sant Esteve Sesrovires) a la enfermería del Centro Penitenciario Lledoners (Sant Joan de Vilatorrada).

Alternativas al confinamiento en la prisión

El Departament de Justícia trabaja para minimizar la población reclusa y el riesgo de contagio en el interior de los centros penitenciarios desde el principio de la crisis. Se trata de una iniciativa del Govern, instada también por las Naciones Unidas y el Consejo de Europa. En la misma línea se ha manifestado el síndic de greuges.

Antes de la emergencia sanitaria, los presos que dormían en casa cada día (artículo 86.4) eran 325 y sólo representaban al 19% de las 1.700 personas privadas de libertad y clasificadas en tercer grado. En cambio, desde el 13 de marzo, la Generalitat ha aplicado esta medida a 1.330 presos más. Por lo tanto, a estas alturas, el 90% del conjunto de los terceros grados de las prisiones de la Generalitat está confinado en su casa.