El Departament de Justicia se ha marcado el reto de clasificar en semilibertad o tercer grado el 30% de la población penada en el 2026. Actualmente, hay unos 8.147 reclusos en las prisiones catalanas, pendientes de juicio y condenadas. Y, de total de 5.791 personas condenadas, un 25,5% (unos 1.474 penados) están en tercer grado. La consellera de Justicia, Gemma Ubasart, ha asegurado que el aumento de personas en 3.er grado (se ha pasado del 22 al 25,5%) se ha logrado en los últimos 9 meses con las nuevas directrices de su equipo, además de detallar el nuevo reto que se han fijado. Lo ha explicado este jueves, después de la visita a las obras del centro penitenciario de régimen abierto de la Zona Franca, con 800 plazas en régimen abierto, y del cual ha anunciado que estará terminado la primavera del 2026.
"La prisión es muy dura e irrumpe en el arraigo familiar y social. Empíricamente, se ha demostrado que la transición a tercer grado reduce la reincidencia de delitos", ha afirmado la consellera Ubasart, que ha añadido que la apuesta del departament por la semilibertad tendrá, como siempre, "el escrutinio del ministerio fiscal y de los jueces", que pueden tumbar la medida aprobada por la Generalitat.
Más de 40 millones de euros
El centro penitenciario de régimen abierto de la Zona Franca, con un presupuesto de unos 40 millones de euros, se divide en dos edificios de 400 plazas cada uno. Las habitaciones tendrán un máximo de 4 camas, y una decena serán individuales para personas con movilidad reducida y tendrán un patio y espacios comunes. La apertura del centro de la Zona Franca permitirá, después de años de anuncios, cerrar los centros de las prisiones de la Trinitat Vella -solar permutado con el de la Zona Franca con el Ayuntamiento de Barcelona para hacer viviendas y equipamientos- y el de la prisión Wad-Ras de mujeres, que será sustituida por un nuevo centro programado para el 2029, según Ubasart. Estos dos centros suman 600 plazas en régimen abierto, así que el de Zona Franca ganará 200 más.
Rehabilitación enfrente de prisión
"En el centro de la Zona Franca se hará una vida normalizadora: sin rejas ni concertinas, de transición a la libertad. Generador de segundas oportunidades que beneficiará al conjunto de la ciudadanía", ha declarado Ubasart. La consellera de Justicia mantiene un discurso y políticas penitenciarias contrarias al endurecimiento de las penas de prisión, como recientemente ha propuesto la Abogacía de Barcelona, con los ladrones multirreincidentes y las okupaciones.