Los inmensos y boscosos parques son una de las principales atracciones turísticas de Londres. Hyde Park, Regent’s Park, Richmond Park o St James’ Park son solo cuatro de los favoritos de locales y turistas en la lista interminable de espacios verdes en el centro de la capital británica.
Sin embargo, a tan solo treinta minutos en transporte público desde el sudoeste del centro de la ciudad encontramos Kew Gardens, unos enormes jardines botánicos que nos transportan a una selva tropical de más de 120 hectáreas. Entre sus invernáculos y sus jardines al aire libre este jardín botánico de Richmond alberga más de 30.000 plantas vivas y más de siete millones de especímenes conservados.
Patrimonio de la humanidad desde 2003
Se trata del jardín botánico más importante del mundo, y forma parte del patrimonio de la humanidad de la UNESCO desde el año 2003. Además, este año ha sido galardonado con el Premio Mundial a la Conservación de la Biodiversidad gracias al Proyecto de Banco de Semillas del Milenio por su “extraordinaria contribución a la preservación de la biodiversidad vegetal del planeta, a través de la creación de un banco de semillas que alberga 2.500 millones de muestras de plantas procedentes de 190 países”, remarca el acta de la XVI edición de los Premios a la Conservación de la Biodiversidad de la Fundación BBVA.
¿Qué no te puedes perder en Kew Gardens?
Aunque es difícil quedarse con un espacio concreto, la gran estrella de Kew Gardens son sus invernaderos. Palm House, construido durante la cuarta década del siglo XIX, es un increíble espacio tropical inundado de plantas y palmeras exóticas que nos trasladan a miles de kilómetros de Londres. Sus altas plataformas a las que se accede mediante unas escaleras metálicas permiten observar el paisaje desde una gran altura. ¡No olvides sacar una foto!
Temperate House, por otro lado, y con más de 5000 metros cuadrados de superficie, es el invernadero reservado para la flora de los climas más templados. La gran protagonista es una Palma Chilena de más de 15 metros de altura, siendo la más grande del mundo conservada en un espacio cerrado.
El Princess of Wales Conservatory fue inaugurado por la Princesa Diana, y se trata de uno de los espacios más nuevos de los jardines. Construido en 1987, alberga las plantas más curiosas de origen tropical, y la gran estrella del espacio es el estanco con las grandes Victorias Amazonicas que flotan sobre sus aguas.
Una colmena gigante para comprender la vida de las abejas
¿Alguna vez has querido conocer cómo obran las abejas? The Hive, una estructura que pretende imitar una gran colmena, es otro de los tesoros que alberga Kew Gardens. Con 17 metros de altura, cuenta con sensores que hacen posible entender cómo se comunican y organizan las abejas. El objetivo, concienciar sobre la importancia de proteger a esta especie.
Después de dar un tranquilo paseo por los jardines tenemos varias opciones: la primera es cruzar el puente Treetop Walkaway, que se alza más de 200 metros -incluso por encima de la copa de los árboles- para obtener una vista privilegiada de los jardines.
Por otro lado, podemos cruzar el Sackler Crossing, justo por encima de un precioso lago. Su principal peculiaridad es que está construido de manera que provoca un efecto óptico que nos permite disfrutar de vistas realmente únicas del lago, como si el puente no existiera.
Y para rematar la jornada, nada mejor que terminar la visita en el Kew Palace, construido en 1663 y considerado uno de los 10 mejores castillos y palacios de Londres, y famoso sobre todo por sus espectaculares cocinas.
Y si te sobra el tiempo, no te preocupes: estas son solo algunas propuestas de las decenas de espacios que puedes visitar en Kew Gardens. Recuérdalo: cuando viajes a Londres, reserva un día para visitar estos únicos jardines y perderte en la selva londinense.