Después de una investigación del diario El País en que se destaparon 251 nuevos casos de pederastia en el seno de la Iglesia española, el Vaticano respondió abriendo una investigación sin precedentes dentro del Estado español para aclarar los hechos. Se trata de un movimiento ambicioso del Vaticano, que no ha sido correspondido por la Conferencia Episcopal Española (CEE).
Menos de 48 horas después del histórico anuncio del Vaticano, los obispos españoles rompen el silencio para desmarcarse de la investigación de estos casos de pederastia. Un portavoz de la Conferencia Episcopal ha asegurado que los obispos no saben nada de la investigación ni de su funcionamiento, ya que consideran que se trata de un asunto del Vaticano. "La CEE no tiene competencia para investigarlo", ha añadido el portavoz en declaraciones a El País.
Sorpresa en el Vaticano
La postura de la CEE ha sorprendido en el Vaticano, porque según las reglas canónicas quien recibe denuncias tiene que investigar. Por su parte, la Conferencia siempre ha sido reticente a emprender una revisión del pasado y rechaza la comisión de la verdad independiente como la creada en Francia u otros estados.
La misma CEE se ha desentendido de coordinar la investigación de los nuevos casos que han salido a la luz. ¿La justificación? Entienden que "El País enviará informe a las diócesis y congregaciones religiosas". Por lo tanto, en casos tan graves como estos, delegan en el Vaticano y en un periódico para tratar los casos.
Fractura interna
En el seno de la Conferencia Episcopal la denuncia de los más doscientos nuevos casos ha provocado una fractura interna. Mientras El País recibe respuestas de los obispos en que se alejan del tema, la COPE publicó que la Iglesia española investigaría los hechos. Las dos versiones contradictorias encarnan las dos posturas en el seno de la CEE.
Miles de víctimas
Según el documento de 385 páginas de El País entregado al Papa y a la CEE, los casos de abusos sexuales en las escuelas católicas del Estado subirían a 602 en total desde los años treinta y las cifras de las víctimas sumarian unas 1.237. El caso más antiguo está datado en 1943 y el más reciente, en 2018.
La investigación fue entregada al papa Francisco el 2 de diciembre, aprovechando el contacto directo del pontífice con los periodistas durante su viaje a Grecia. El cálculo de víctimas deriva tanto de los testigos presenciales de afectados como de testigos que mayoritariamente dicen que los abusos eran un "secreto de dominio público". Según el periódico, "un caso habitual es el de profesores que agredían sexualmente a toda la clase, con varios cursos a su cargo, y que estuvieron durante años en uno o más colegios".