El tabloide monárquico ABC abre su primera de hoy con una mujer desnuda y decapitada en un entorno de violencia. Es verdad y es fácil de demostrar:
Este ejercicio de magia del que acabas de ser víctima es el mismo que este diario ejecuta en su portada de este viernes. Con una diferencia no pequeña. Mientras en el caso de la mujer desnuda el lector se da cuenta fácilmente de que se trata de una manipulación (o de una tontería) con el uso simple del juicio más básico, en el caso del título real "Los okupas dominan Barcelona" no es tan fácil escapar de la manipulación (o de la tontería) porque no todos los lectores tienen el referente del barrio de Gràcia, si es grande o pequeño, etc., o de si 200 o 500 manifestantes (el diario no da el dato) pueden "dominar" una ciudad de 1.602.386 almas y 101,4 km² de extensión. Si tienes ganas de pensar que sí...
También en el pie de foto se habla de "la tercera noche consecutiva de violencia", cosa que no es cierta, a menos que se considere violencia golpear cazuelas. Quizá, según el criterio con el que ABC escribe los títulos, podemos hablar de "graves, extensos y reiterados episodios de violencia doméstica." Pero el diario sabe muy bien adónde apunta: "al menos 33 heridos en la ciudad más visitada de España". "Más visitada", atención. "De España", más atención.
Como nada en una portada es casual ni en balde (se decide en una reunión de gente con título universitario, más bien veterana y sobria), el resultado final, eso que ve, permite adivinar cuál es el razonamiento que hay detrás. ABC utiliza el término "populismo" para calificar a Podemos. Como es un concepto político poco gráfico e incluso puede parecer alguna cosa buena (¡Dios no lo quiera!), lo han asociado a Venezuela, donde el régimen chavista de Maduro se las hace pasar canutas a sus conciudadanos. Según MediaCat, en 2016 ABC publica una portada sobre Venezuela, populismo y Podemos cada nueve días.
Cada. Nueve .Días. Así han condicionado pavlovianamente a sus lectores de tal manera que cuando ven "Venezuela" y leen sobre el hambre, la violencia, la falta de libertades (que son reales) la asocian al concepto "populismo" y viceversa. Que Barcelona sea "El escaparate del populismo", ahora mismo, es lo peor y proyecta en la imaginación del lector indefenso de ABC las imágenes caraqueñas y terribles de heridos en manifestaciones, colas en supermercados y las excentricidades del presidente Maduro, que han hundido a ese país.
En El País no son tan primitivos, pero venden el mismo discurso:
"Brote" es una palabra asociada a las pandemias, a los virus, a enfermedades mortales (biológicas y también, metafóricamente, sociales). De hecho, en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la segunda acepción, la que emplea el diario, la explica con este ejemplo: "Brote de viruela, de racismo". Pues eso. Brote de violencia.
Es curioso que el despliegue de los Mossos d'Esquadra del segundo día saliera bien, desde el punto de vista policial, y se hable de "vacío de autoridad". ¿Cómo se verifica un "temor" a lo que sea? ¿Ya puestos, cómo se verifica lo contrario, la confianza en la autoridad, de un día para otro? ¿Qué tipo de hechos lo manifiestan, lo prueban, se dejan titular?
En este caso parece más bien que se lo imagina el autor del título, no irrazonablemente ("esta gente de Barcelona deben tener miedo") y catacrac, lo suelta en el titular. Ahora bien, se podría decir lo contrario y quedamos empatados. Además el verbo es "eleva", que presupone la existencia previa de niveles bajos de este temor, que los disturbios habrían aumentado. Si no informa de los hechos, como hacen los otros titulos de esa página, se puede sospechar, no irrazonablemente, que aquí El País quiere enviar algún otro mensaje no informativo. Quién sabe. Quizás son portadas como esta las que "elevan el temor".
La Razón se ha despistado (o no lo ha visto claro) y sigue abriendo con la narrativa venezolana:
Dice un amigo que trabaja de jefe de redacción en un tabloide británico (uno de verdad, de esos que venden 1,5 millones de copias cada día) que un hecho tiene que ser muy, muy, muy terrible para mantenerlo en portada tres días consecutivos. Siempre pone de ejemplo el atentado contra las torres gemelas de Nueva York y lo dice con la duda pintada en la boca. Lo de Venezuela corre el riesgo de convertirse en mercancía podrida, siempre según el criterio de mi amigo. ABC es más mañoso y administra el tema con más... ¿prudencia?
En El Mundo no se sabe muy bien de qué hablan. De "el radicalismo de la CUP", sí, pero ¿relativo a qué?:
Ya puestos, se podría titular la portada del sábado diciendo "El radicalismo de la CUP leva a Puigdemont a viajar a Madrid", aprovechando que el president ha conferenciado este viernes en la capital española. Se mezcla el debate de presupuestos con los okupas y no se agrega nada porque no había nada más, que si no... El texto de la portada es delicioso si lo lee un catalán que sabe alguna cosa de la CUP. Ahora bien, si lo lee un español que ve a los cupaires como Jack el Destripador con rasta y camiseta...
Parece difícil que la negociación de los presupuestos se vea poco o mucho afectada por los disturbios de Gràcia, pero cosas peores se han visto, como que el Ayuntamiento de Barcelona pague el alquiler de los okupas. "Parece", sin embargo, es mal verbo para periodistas, y también lo son los condicionales y hacer pronósticos y juicios de intenciones. Como atribuir a una calidad indeterminada ("el radicalismo") la capacidad de "poner en jaque" o que alguien se pliegue a los deseos de otros, por ejemplo, si no hay hechos que lo manifiesten.
Los digitales que se ocupan (con C) de la cosa tampoco se salen mucho del guión. Aquí van El Confidencial y El Español por este orden:
La diferencia entre uno y otro es que El Confidencial explica cosas que puede probar con hechos y El Español no. La mecánica es la misma que en sus competidores con versiones de papel. Después El Confidencial añade sal y pimienta valorativa y supositiva en su texto, además de la foto de Anna Gabriel, que no tiene que ver ni ha declarado nada sobre el caso pero mira. Gabriel es el nuevo Carod. El Coco. Pero de todo esto se puede hablar otro día.