La rosa de Sant Jordi se desploma en Catalunya. En solo tres años, la producción local de la rosa de Sant Jordi ha caído un 60%: mientras que en el 2018 se produjeron 250.000 rosas, este 2021 se producirán unas 100.000. Un declive que viene de la desaparición de productores de rosas de Sant Jordi. De los cinco floricultores que se dedicaban, actualmente ya solo quedan dos, uno en Teià y el otro en Santa Susanna.
Toni Bertran, de Flors Bertran Mas, explica a la Agencia Catalana de Noticias (ACN) que la tendencia es a "sustituir" el cultivo de rosa por su complejidad y por la feroz competencia de los mercados internacionales. A diferencia de los años "normales", sin embargo, este Sant Jordi la rosa cultivada en el Maresme será más competitiva por el impacto de la pandemia en los mercados emisores, como Holanda o Sudamérica.
La rosa cultivada en el Maresme: ¿más competitiva con la pandemia?
Aunque la rosa proveniente de Holanda o América del Sur es de "muy alta calidad" y llega a unos precios "muy competitivos", la pandemia ha provocado que este año no haya tanta disponibilidad de rosa de importación y que su transporte se haya encarecido. "La importación se ha complicado", admite Bertran, que augura falta de stock para este Sant Jordi. Mientras que antes de la pandemia tenían que reducir mucho sus márgenes de beneficio para intentar competir con la rosa extranjera, este año prevén incluso subir el precio entre diez y quince céntimos por tallo.
Lo harán los dos únicos productores que resisten al Maresme, donde históricamente se ha concentrado el cultivo de la rosa roja de Sant Jordi. En el 2018 había cinco floricultores que se dedicaban, pero este 2021 sólo saldrán rosas de dos explotaciones, la de Bertan, en Teià, y también Flores Pons, en Santa Susanna.
El cierre de los productores catalanes de rosas de Sant Jordi
De los otros, hay que han bajado definitivamente la persiana y otros que han suprimido el cultivo de rosa. De hecho, aunque Bertran es de los que todavía resiste, la superficie dedicada a la rosa también ha disminuido en los últimos años. "Tenía 2,5 hectáreas hace cuatro años y ahora tengo 1,2 hectáreas", explica. Es difícil producir aquí y competir contra la flor que viene de fuera. Es prácticamente imposible. Nuestra idea es ir reduciendo el cultivo de rosa y sustituirla poco a poco por otras variedades. En el futuro seguramente, acabaremos sustituyendo toda la superficie dedicada a este cultivo", confesa Bertran.
Con respecto al resto de interrogantes sobre el futuro de la Diada de Sant Jordi este año, todavía no queda claro cuáles son las medidas contra la Covid-19 que estarán en vigor en Catalunya. Este viernes ha vuelto el confinamiento comarcal al país, y de momento estará en vigor hasta el 19 de abril. Sin embargo, la consellera Alba Vergés no ha descartado que se modifiquen las restricciones. "Se podria dar el caso que antes del 19 tomemos medidas para un mayor control de la epidemia", aseguró.