No es nuevo, pero ahora, cuando el robo de 40 metros de cable de cobre de la estación de Montcada Bifurcació, de la red de Adif y Rodalies Renfe, ha acabado con una crisis institucional entre el gobierno español y el gobierno catalán, es cuando se tiran los platos por la cabeza por quien es responsable. El robo de este domingo, a primera hora de la mañana de una jornada electoral, el silencio del ministerio hasta que cerraron los colegios electorales y las acusaciones cruzadas han obligado en los gobiernos españoles y catalán a salir a dar explicaciones. Y no, no es nuevo. Los usuarios de Rodalies y de la red ferroviaria catalana —también afecta al AVE— saben perfectamente que mínimo una vez por semana alguna incidencia acaba con retrasos, y muchas veces, por los actos vandálicos y robos de cobre en las instalaciones de Adif —la empresa pública que gestiona las vías y las estaciones.

Con la investigación de los Mossos en marcha para identificar a los ladrones, con el Govern descartando que se trate de un sabotaje y el gobierno español tirando leña al fuego para acusar los Mossos d'Esquadra de ineficacia, investigadores de la policía catalana han explicado a ElNacional.cat cuál es el modus operandi de los ladrones de cobre, su perfil y, al mismo tiempo, también dónde acaba este cobre sustraído y los problemas con los cuales se encuentran los policías para poder evitar los robos y las consiguientes incidencias como las de este domingo. Este 12 de mayo, en plena jornada electoral, y según las primeras investigaciones, el robo de cable en un punto de la red ferroviaria, en su paso por Montcada, generó un repunte de tensión que provocó varios incendios que se propagaron a otros puntos, a kilómetros de distancia, dejando sin servicio casi la totalidad de las líneas de Rodalies.

¿Quién roba el cobre?

El 80% de las personas que se dedican a robar cobre son ladrones “oportunistas”, según los datos de los Mossos d'Esquadra, analizados los diversos incidentes e investigaciones hechas durante el año 2023. Se trata de baterías de ladrones, muchos de nacionalidad extranjera y originarios de la Europa del Este, sobre todo de Rumania. Pueden atacar la red ferroviaria, pero también empresas u obras, un modus vivendi que si bien no es muy lucrativo, sí que es eficaz y con el Código Penal que juega a su favor, lo que se convierte, al mismo tiempo, en un problema para los investigadores.

No se trata de grandes organizaciones criminales, los ladrones de cobre son personas de bajo nivel, de vidas humildes, y que ahora se han dedicado al cobre —sin ninguna especialización, hecho que se demuestra con el incendio de este domingo— y que si no robaran cobre, podrían hacer algún otro tipo de hurtos. Estos grupos, con mucha movilidad, están formados por hombres. Las mujeres, en cambio, en la mayoría de los casos investigados, también se dedican al ladrocinio pero con otros modus operandi, por ejemplo, haciendo robos de carteras al transporte público.

Pero robar cobre de la red ferroviaria, o de una empresa de construcción o de fabricación, se tipifica ante el juez como un hurto, un delito que, cuando llega a juicio, tiene penas de prisión irrisorias, comparadas con los daños que han hecho. Como no son ladrones especializados, hacen verdaderos destrozos para llevarse el cobre. Algunas empresas han tenido que llegar a hacer frente a pagos de más de 400.000 euros para volver a poner la fábrica en marcha después de un ataque como este, en el que los ladrones se llevaron menos de 500 euros en cobre. A pesar de ser extranjeros, si pueden llegar a ser detenidos —los Mossos han reforzado la investigación y algunas unidades como la DIC de Ponent les tienen el pie en el cuello—, los jueces cuándo los reciben les investigan solo por hurto —es complicado probar que forman parte de un grupo criminal o que han hecho estragos, ya que no era su intención— y quedan en pocas horas en libertad. Con un añadido que todavía lo hace todo más incomprensible. Los jueces ordenan que entreguen los pasaportes y que no salgan del Estado mientras dure la investigación. Salen de los juzgados y los Mossos los vuelven a encontrar robando cableado. La multirreincidencia del cobre.

¿Qué hacen con el cobre?

El ministro de Transportes, Óscar Puente, este lunes, desde Madrid, apuntaba a la posibilidad de que la sustracción de cobre de este domingo fuera un posible “sabotaje” para complicar la circulación durante la campaña electoral. Aunque nadie lo ha reivindicado, ni ninguno de los indicios de los Mossos apunten en esta dirección, el ministro español aseguraba que no lo podemos descartar. Apuntaba que los ladrones solo se habían llevado 40 metros de cable y que eso, en mercado negro, podía tener un valor “irrisorio”, de 450 o 500 euros. Los investigadores de los Mossos contradicen al ministro.

Óscar Puente, ministro de Transportes español, desde Madrid / ACN

Son habituales este tipo de robos. La cantidad que buscan a los ladrones no es más que eso. Y tiene una explicación. Se trata de ladrones oportunistas, ladrones sin especialización, ladrones de poco nivel y cero estructura. Para mover más cableado harían falta furgonetas mayores y, al mismo tiempo, por tipos de ladrones que son, hacer, con una noche, un botín de 500 euros, ya es una cantidad importante por|para este tipo de ladrones, muy activos, que trabajan casi cada noche y por todo el país. No buscan grandes cantidades de cobre —es más fácil moverlo y colocarlo— y su modus vivendi no necesita tampoco grandes cantidades de dinero. Los ladrones cuando tienen el material —no siempre robado de las vías e instalaciones de Adif— lo venden en una red de chatarreras que hacen la vista gorda aprovechando que el precio del cobre está disparado.

Más patrullaje e investigación por el aumento de robos

Los Mossos d'Esquadra desde final de febrero han aumentado a la fase 2 el Plan Operativo Específico (POE) del Metal después del incremento de robos de cobre. Hay que tener en cuenta, sin embargo, y tal como explicó en su momento el intendente Joan Salamaña, jefe de la División de Seguridad Ciudadana de los Mossos d'Esquadra, que el incremento es cualitativo —por las zonas donde lo hacen, y por los problemas que generan en la red ferroviaria— y no cuantitativo —como en el caso de este domingo, son robos de poca envergadura si bien generan muchos daños.

Este aumento de nivel hace que se incremente el patrullaje y la vigilancia de la red ferroviaria, sin embargo, al mismo tiempo, también se ha elevado el nivel de investigación, para poder detectar y detener —aunque luego queden en libertad— a los ladrones y, también, reforzar el control de las chatarreras que pueden comprar este tipo de metal procedente de los robos. Si los ladrones lo roban es porque saben que alguien se lo comprará. Las Unidades Regionales de Policía Administrativa (URPA) se encargan de verificar que todos los registros de las empresas gestoras de residuos se hacen ajustados a la normativa y que no aceptan material de procedencia ilícita. Aunque la mayoría lo hacen —se exponen a multas importantes—, los mismos Mossos sospechan que existe un circuito de mercado negro donde se compra, sin miramientos, este material. Una vez ya se ha blanqueado, poder llegar a saber de dónde fue robado y poder hacer la trazabilidad ya es casi imposible. Los ladrones, oportunistas, juegan con varias cartas a favor suyo: el Código Penal, el precio del cobre y las complicaciones que tienen los Mossos d'Esquadra pe poder cazarlos y sacar de circulación.

Los Mossos también piden responsabilidad a Adif

Los Mossos d'Esquadra desde hace meses, antes de esta enésima crisis, ya habían avisado en Adif de la situación de sus instalaciones y la falta de protección, un hecho, que en Catalunya, hace que este tipo de robos se disparen. El director general de la Policía, Pere Ferrer, esta semana ha vuelto a insistir. “Si uno no tiene la infraestructura protegida, puede poner más facilidades al ladrón”, ha asegurado. Ha añadido que la “desinversión” en Rodalies ha generado que el robo de este domingo haya provocado esta gran afectación, mientras que en otros lugares habría sido “más anecdótico”.

Pere Ferrer, director general de los Mossos, dando explicaciones desde Barcelona / ACN

El director de los Mossos d'Esquadra, Pere Ferrer, ha defendido que el primer responsable de la seguridad de la infraestructura ferroviaria es Adif, ya que es la propietaria. En declaraciones a los medios, ha asegurado que los Mossos pueden “colaborar” pero ha insistido en que si se tienen que repartir responsabilidades “se tiene que empezar por Adif”. “Si uno no tiene la infraestructura protegida, puede poner más facilidades al ladrón”, ha dicho. Ha añadido que la “desinversión” en Rodalies ha generado que el robo de este domingo haya provocado esta gran afectación, mientras que en otros lugares habría sido “más anecdótico”. También ha descartado que lo sucedido sea un sabotaje: “Es un robo de cobre”.

El jefe político de la policía catalana asegura que si se comparan las incidencias derivadas de robos de cable de cobre en Ferrocarrils de la Generalitat y Rodalies se observa que en los primeros, por trece robos en un poco más de un año, ha habido cinco días con incidencias, mientras que en los segundos, por más de 160 robos en el mismo periodo, se han producido hasta 120 días de incidencias. Los ladrones van donde es más fácil robar y Ferrer cree que van a Renfe y Adif por las facilidades derivadas de la falta de protección por parte de las operadoras españolas y que no todo se puede arreglar con más patrullaje, a pesar de haber elevado a nivel dos el POE Metal.