A las 7 de la mañana, la basílica de Santa Maria la Mayor de Roma ha abierto las puertas para dejar entrar a los fieles que desde hacía horas hacían cola para poder visitar la tumba del papa Francisco, que fue enterrado este sábado en este templo, en un funeral íntimo y de carácter privado, como era su deseo. En una nave lateral situada a la izquierda del templo, próxima a la capilla Saulina de la Salus Pupuli Romani, cuya virgen era devoto y que visitaba antes y después de cada viaje, y la capilla de la familia Sforza, y cerca del altar de San Francisco, la tumba de Francisco emerge a nivel del suelo, sin ninguna decoración, y que está impresionando a los visitantes por su sencillez. El sepulcro y su auseridad monacal contrasta con la riqueza de la ornamentación de la basílica de Santa María la Mayor, un templo famoso por su fastuosa decoración, con mosaicos bizantinos, ornamentos de oro y relicarios elaborados con materiales preciosos -como el que custodiaba las maderas atribuidas a la cuna de Jesús-, lo que remarca todavía más el mensaje de humildad y austeridad que ha querido enviar a Francisco.
Imágenes de la sencilla tumba de #PapaFrancisco en Santa María Maggiore. pic.twitter.com/Z4fVn4yA2x
— Clara Fontan (@FontanClara) April 27, 2025

Una pequeña rosa blanca, la única ornamentación
Entre los visitantes hay desde personas que pertenecen a diferentes órdenes religiosas hasta fieles creyentes e incluso familias con niños. Móviles en mano, los visitantes han inmortalizado el momento en el cual han podido ver el sepulcro del papa Francisco, que consiste en una pieza de mármol de la región de Liguria (de donde procedían los antepasados italianos del pontífice, concretamente sus abuelos), con la única inscripción de su nombre pontificio en latín, FRANCISCUS. La lápida, en la pared blanca, una reproducción de su cruz pectoral en plata, con la figura del Buen Pastor, que queda estratégicamente iluminada. No hay ornamentaciones ni decoraciones adicionales, en coherencia con el estilo humilde que caracterizó a Francesc. Como único elemento de ostentación, una pequeña rosa de color blanco.


Un sepulcro sufragado por un benefactor misterioso
El coste del sepulcro y de los arreglos funerarios no han sido sufragados por la Iglesia católica ni por el Vaticano, sino por un benefactor anónimo, según lo que dispuso el mismo papa Francisco en su testamento. El pontífice dejó instrucciones precisas para que los gastos fueran cubiertos por "la suma bienhechora que he dispuesto sea transferida a la Basílica Papal de Santa Maria la Mayor y para la cual he dado las instrucciones apropiadas al arzobispo Rolandas Makrickas". La identidad de este benefactor no ha sido revelada públicamente y permanece como un secreto incluso dentro del Vaticano. El pago se efectuó directamente en la basílica, sin que el dinero pasara para|por la Santa Sede. Algunas fuentes indican que ni siquiera el arzobispo Makrickas, encargado de gestionar la transferencia, ha dado detalles sobre el donante y ha reforzado el carácter confidencial de la operación.
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— Agenzia ANSA (@Agenzia_Ansa) April 27, 2025
El icono de la Salus Pupuli Romani y su leyenda
Gracias a la voluntad del papa Francisco de querer ser enterrado en esta basílica de Santa María la Mayor, muchos visitantes de Roma conocerán este templo que tiene como gran tesoro un icono de la Salus Populi Romani, una imagen bizantina de la Virgen con el Niño Jesús, cuya tradición se atribuye al evangelista San Lucas. Está pintada sobre madera de cedro y su llegada a Roma se remonta en el año 590 d.C. durante el pontificado de Gregorio I. Según la leyenda, la imagen fue llevada a Roma por Santa Elena en el siglo IV, después de pasar por Jerusalén y Constantinopla. Otra versión señala que llegó desde Creta y fue recibida por el papa Gregori el Magno.
El icono se encuentra en la capilla Paolina, ubicada en la basílica que fue construida por orden del papa Pablo V (1605-1621) con el propósito específico de albergar esta imagen de la virgen Salus Populi Romani. Pablo V quería crear un "suntuoso cofre del tesoro" para custodiar este icono, considerado el más importante de la ciudad y profundamente vinculado a la identidad de Roma y de sus papas. La capilla Paolina es uno de los espacios más monumentales de la basílica y destaca por su riqueza artística y simbólica, reflejando la importancia que los papas han dado a la protección de la Virgen sobre la ciudad de Roma.
Salvación del pueblo romano
El nombre Salus Populi Romani significa "Salud" o "Salvación del pueblo romano". La imagen es especialmente venerada porque, según la tradición, fue sacada en procesión por Gregorio I durante una peste que asolaba la ciudad, y después de la pregativa, la epidemia cesó milagrosamente. A lo largo de los siglos, numerosos papas han mostrado devoción en este icono, ofreciéndole coronas y joyas, y recurriendo a su intercesión en momentos de crisis. El papa Francisco, en particular, ha continuado esta tradición, visitándola antes y después de cada viaje apostólico y manifestando su deseo de ser sepultado cerca de la imagen.