Después de la DANA, uno de los grandes temores de los pueblos afectados, tanto en el País Valencià como en otros lugares donde el histórico fenómeno meteorológico golpeó el 29 de octubre (Castilla-La Mancha, Aragón, Andalucía y Catalunya), hoy hace justo un mes, es caer en el olvido. Pero en Letur (Albacete), esta sensación ya hace muchos días que forma parte del ánimo de sus vecinos. Este pequeño pueblo de menos mil habitantes, pero que aquel martes solo albergaba 150 habitantes en el núcleo histórico, es el epicentro de las afectaciones de la DANA en Castilla-La Mancha. En cuestión de minutos cayeron 230 l/m² a la cuenca de la Sierra de Zacatín, donde se encuentra la cabecera del arroyo de Letur, que atraviesa el municipio. El torrente de agua engulló el pueblo de la Sierra del Segura, convirtiendo las calles del casco antiguo, declarado Conjunto Histórico-Artístico, en una enorme riada que se lo llevó todo a su paso, incluidos la vida de seis de sus vecinos. Desde que se encontraron los cuerpos sin vida, ocho días después de la tragedia, Letur salió del foco mediático, eclipsado por la devastación en el País Valencià.

Esfuerzo y dolor

Un mes después de aquel fatídico 29 de octubre, cuando el agua arrastró casas, edificios históricos, negocios, jardines, campos y las piscinas naturales, reclamo turístico del municipio; Letur todavía llora a sus muertos, y el centro histórico, la llamada zona cero, sigue sin luz y agua potable, tampoco tiene alcantarillado, y hay 45 familias que no han podido volver a sus casas. El pueblo poco a poco va recuperando el pulso, con mucho esfuerzo y el dolor muy presente. El acceso al caso antiguo está prohibido, a excepción de los operarios que trabajan en tareas de reconstrucción o de algunos vecinos que tienen que pedir permiso especial al Ayuntamiento para entrar. Muchos edificios de esta zona del núcleo histórico, el más afectado, tuvieron que ser apuntalados y otros siete, donde había 13 viviendas, incluso derrocados.

El alcalde, Sergio Marín (PSOE), no descarta que en los próximos días se tengan que derribar más edificios, pero aparte de las tareas que se están haciendo en el centro el municipio, el esfuerzo también se ha puesto en que la canalización del arroyo de Letur se restaure por parte de la Confederación Hidrográfica del Segura y en actuaciones río arriba para evitar que vuelva a producirse una catástrofe parecida.

El párroco Ignacio Requena, que fue el primero a llamar al 112, es uno de los que todavía no ha podido volver a casa, como María Dolores o Laura, natural de Honduras, que relata a la agencia Efe la experiencia vivida aquel día, cuando estaba en casa y de sopetón empezó a entrar agua y cuando se dio cuenta ya le llegaba al cuello. Laura pensaba que se ahogaba, pero consiguió abrir una ventana, lo cual permitió que el nivel agua bajara. Seis horas después, ella y su hija la fueron rescatadas, pero sus vecinos, un matrimonio que vivía más arriba, no tuvo tanta suerte y a los dos se les llevó la riada mientras sus dos hijos estaban en clase. María Dolores explica que espera volver pronto a su casa, "cuando tenga luz, agua, acabe de sacar el barro de la cocina y aseguren que no hay peligro", y asegura que no volverá sola. Se llevará con ella a Pedro, un pastor de 85 años, con quien le han realojado y que lo ha perdido todo.

El concierto que impulsa Rozalén

Mantener vivo el recuerdo y el clamor para conseguir ayudas para la reconstrucción es también una prioridad. Los vecinos agradecen cuando los periodistas los visitan, y también ayuda a salir a los medios que lo hagan los VIPS. Desde los reyes de España Felipe VI y Leticia, hasta autoridades como el presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page; la ministra de Vivienda y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez y la delegada del Gobierno, Milagros Taló, han visitado el pueblo. También lo ha hecho la cantante Rozalén, hija de Letur, una de las que más lucha y que está organizando para el 26 de diciembre un concierto solidario en la Caseta de los Jardinillos de Albacete en beneficio de Letur. "Aprovechando que estaremos en Navidad y muchos habremos vuelto a casa, estamos organizando este concierto benéfico. Yo estaré de maestra de ceremonias, cantando y de lo que haga falta. Hay que quedarse con la generosidad de la gente", afirma la cantante, que estará acompañada por Nena Daconte y otros artistas.

La generosidad es lo que no ha fallado desde el primer día. Por una parte, los profesionales de Tragsa, Eifage e Iberdrola, que trabajan cada día, y de la otra, los voluntarios, que vienen cada fin de semana a colaborar en las tareas de reconstrucción, que, según el alcalde, Sergio Marín, de 29 años, no se puede saber cuando se podrá concluir. Marín asegura que no ha sido fácil enfrentarse a una catástrofe que se ha llevado a seis de sus vecinos. Sin embargo, ha asegurado que todavía le quedan "fuerza y ánimo para seguir; hay que avanzar, con precaución, con paso firme, pero sin descanso".

Mirar al futuro es lo único que puede hacer este pueblo de la Sierra del Segura, a pesar de las incertidumbres que lo rodean. "Letur vive del turismo, quién querrá venir aquí con lo que ha pasado", se preguntaba a María Dolores, maestra y concejala a la oposición. Sin embargo, un mes después de la tragedia, afirma que Letur mejora, "poco a poco, pero con las cosas bien hechas". Y los niños, no han perdido la ilusión por la Navidad, por eso, las luces ya están preparadas en torno a la escuela".