El foco de la contaminación a menudo se pone en unos lugares y se deja de lado de otros, todavía más peligroso. La campaña a favor del transporte le poniendo el foco en la contaminación de la movilidad privada deja atrás datos que todavía son más impactantes. La última que se ha publicado es que las fuerzas armadas españolas emitieron el año 2019 el mismo CO2 que todos los coches que circulan diariamente por la ciudad de Madrid.
Esta es la conclusión que se desprende de un último estudio elaborado por el Centro Delàs Estudis por la Paz. Si nos fijamos en los datos de antes de la pandemia que serían prácticamente equivalentes a las que se puedan desprender del retorno a la movilidad este 2021, las cifras son las siguientes. El año 2019, las fuerzas armadas emitieron en España 2,7 millones de toneladas. Esta cifra sube hasta los 3,4 M si se suman las empresas militares y todavía sumaria más si se sumara el impacto ambiental de estas empresas. Así pues, el alto grado de contaminación, incluso, es imposible marcarlo por los mismos que han elaborado el estudio.
Los incumplimientos desde la Moncloa son flagrantes. El Gobierno tiene que hacer cumplir el protocolo de emisiones GEI tanto de todos los sectores empresariales en general, como de las industrias militares en particular, así como de todos los organismos dependientes del Ministerio de Defensa y, muy especialmente, de las fuerzas armadas. Sin un seguimiento riguroso será imposible cumplir con la reducción de la huella ecológica comprometida en los objetivos de política medioambiental de los acuerdos de París de 2015.
La contaminación militar mundial
Desde Delàs aseguran que "la seguridad militarizada tiene un papel esencial en el empeoramiento constante de la crisis ambiental a nivel planetario. Papel que consiste en proteger a todos los agentes de poder no democráticos que, con objetivos muchas veces inconfesables de crecimiento continuo para el beneficio y lucro personal de sus minorías dirigentes, rompen los equilibrios sociales y eco-planetarios. Una protección de los pocos que dejan al margen a las grandes mayorías de población, a través de la llamada seguridad nacional".
¿Y Europa?
La huella medioambiental militar incluye la huella de carbono (emisiones de GEI), los restos tóxicos de la guerra y los daños a los ecosistemas. La principal fuente de GEI militar es la combustión de combustibles fósiles de los vehículos militares, especialmente los del Ejército de Aire. La huella de carbono del gasto militar de la UE en 2019 se estimó en unos 24,8 millones de CO2, lo cual equivale a las emisiones anuales de aproximadamente 14 millones de coches.