Sospechaba que alguna cosa no iba bien en su ojo derecho y fue a su CAP a visitarse al médico de cabecera. A Manolo le salió en enero de este año una verruga en el párpado, pero su doctor sólo le dijo que era una "verruga común" y que, si se la quería sacar, no entraba por la Seguridad Social. Al ver que cada día que pasaba la verruga crecía más, se le puso de un "color muy feo" e, incluso, le sangraba, decidió ir a la mutua y pagar la visita.
Allí le dijeron que lo que tenía podía ser cancerígeno y que se tenía que sacar cuanto antes mejor. Como él no es de ninguna mutua, decidió volver a su médico de cabecera y presentarle el informe del centro privado. Al verlo, y también al observar cómo había evolucionado la verruga, su doctor le dijo que en 10 días le diría alguna cosa para entrar inminentemente en el quirófano.
Al ver que la Seguridad Social no le decía nada, se puso manos a la obra y decidió pagar para operarse a la mutua
Pero pasaron los 10 días y Manolo no supo nada de la Seguridad Social. La verruga cada vez crecía más rápido y, al cabo de un mes, se volvió a poner en contacto y se justificaron diciéndole que "todavía no tenemos tu informe para poder llamarte". Estuvo entonces cuando decidió ponerse manos a la obra e ir en la mutua para que lo operaran allí. No se quería arriesgar a desarrollar un cáncer mientras "esperaba" que alguien de la sanidad pública le diera alguna respuesta.
De hecho, no ha sido hasta este jueves 4 de mayo que Manolo ha recibido un mensaje del hospital. Un mensaje en que, sólo, le daban visita para el próximo 29 de junio, en ningún sitio de darle, más de cuatro meses después, hora para la operación.
Si hubiera esperado, seguramente "tendría que haber hecho quimioterapia"
Manolo ha salido adelante y, en principio, no le ha quedado ninguna secuela, aunque se tiene que ir haciendo controles rutinarios. Pero ya l avisaron de que había tenido suerte de haber ido directamente y haberse operado por la mutua porque, en caso de que hubiera esperado, seguramente "tendría que haber hecho quimioterapia". De hecho, la diputada de Catalunya Sí que es Pot Àngels Martínez ponía encima de la mesa en este medio que las listas de espera "no son inocuas" porque "si son enfermedades agresivas pueden recibir empeoramientos y, de ahorrarte la quimioterapia, quizás tienes que hacer".
Este es el relato que Manolo ha explicado a El Nacional, su historia, una de las decenas que muchos pacientes pueden explicar. Sin embargo, ¿cómo ha evolucionado la sanidad con la crisis y cómo nos afectan a las listas de espera?
Pagar la salud
La crisis ha dejado una gran cicatriz en muchos aspectos de la vida de la ciudadanía y los recortes se han dejado notar en los aspectos cotidianos de las personas. La sanidad es uno de los pilares más esenciales a nivel universal para todo el mundo, y es que nuestra vida depende, y mucho, del sistema de salud de cada país.
Las dificultades económicas de los gobiernos y los recortes han llevado de la mano un cambio sustancial en el mundo sanitario, que ha afectado al funcionamiento de un sistema que, en Catalunya, siempre se ha caracterizado por ser pionero y puntero en muchos aspectos.
Una enfermera de un hospital público catalán explicaba a este medio que precisamente "los recortes han influenciado en todo: a nivel del paciente, hay más esperas, menos quirófanos y se ha recortado en presupuestos".
Las listas de espera en Catalunya se han vuelto a incrementar y en el 2016 había más pacientes esperando a ser intervenidos que en 2014 y en 2015
Ahora, sin embargo, aunque algunos políticos apunten que va saliendo de la crisis -hace pocos días, el portavoz de Presupuestos del PP, Jaime Olano, pidió a la oposición a que "reconozca el que hoy nadie duda, que estamos saliendo de la crisis"-, las personas en lista de espera para ser intervenidas en Catalunya se han vuelto a incrementar este último año y en 2016 hubo más personas que cambiaron de año esperando a ser intervenidos que en 2014 y en 2015.
De hecho, Manolo tuvo que pagar unos 1.400 euros para ser intervenido por la vía privada entre el coste de la operación, del cirujano y de las visitas a la consulta. Hacía 11 años, había tenido un problema similar, aquella vez, sin embargo, en el cuello. La "diferencia" fue, según explica, que entonces "me operaron en sólo 10 días".
Años negros
Los peores años para las listas de espera para las intervenciones quirúrgicas fueron entre 2011 y 2013. 2011 fue el año en qué más personas había en Catalunya esperando a ser operado (193.879 a finales de año), en 2012 el año en que más tiempo tenían que esperar a los pacientes (267,3 días por término medio) y en el 2013 el peor año para las intervenciones cardiacas, que vieron cómo se incrementaban las personas en lista de espera para ser intervenidas (800 a finales de año), así como subía el tiempo de espera de manera escandalosa pasando de 69,75 días 2012 a 127,8 en 2013.
Conocer a ciencia cierta los datos de las listas de espera o del número de operaciones anuales de años atrás ha sido complicado porque, según ha justificado el Departament de Salut a este diario, "no están disponibles, dado que hace unos años Salut modificó los plazos máximos de referencia para el acceso a los procedimientos quirúrgicos, para las pruebas diagnósticas y para las consultas de atención especializada, de manera que no sería correcto comparar variables diferentes".
Algunas, sin embargo, se han podido encontrar en informes del Departament con que se han perdido en las hemerotecas y, de otros, se han tenido que quedar en blanco ante la dificultad en conseguirlas. Según la diputada de la CUP, Eulàlia Reguant, "poner los datos sobre la mesa es visualizar un problema", así como "las diferencias que se han hecho evidentes".
La polémica Boi Ruiz
El exconseller de Salud Boi Ruiz, que estuvo al frente de la sanidad catalana durante poco más de 5 años (diciembre 2010-enero 2016), generó mucha polémica tanto en el ámbito sanitario, como entre la ciudadanía. Pero, según los profesionales de la sanidad que han hablado con este medio, el debate ya venía de la época de Marina Geli, consellera de Salut entre 2003 y 2010 y a quien la crisis la sorprendió de lleno en la conselleria.
"Todo es un desastre desde hace 10 o 12 años", se lamentaba el director del equipo médico del CAP Rabal Sud, Jaume Morató, a este medio, mientras que la vicepresidenta del Colegio de Médicos de Barcelona añadía que no sólo "llevamos 10 años en situación de crisis", sino que también "es imposible recuperar el nivel adquisitivo que teníamos por debajo de 2010", porque "el presupuesto de este año no será capaz de renovar, de hacer inversiones, ni de mejorar los sueldos de los profesionales".
Los recortes empezaron en la época del tripartito, pero se han extendido en el tiempo. Con Boi Ruiz se recortaron más de 1.300 millones de euros en sanidad -que representaban más de 200 euros anuales por cada catalán-, los picos en las listas de espera -entre personas y tiempo- se incrementaron muy por encima de lo habitual, se cerraron camas y quirófanos en los hospitales y los profesionales vieron cómo recortaban sus salarios, mientras tenían que asumir exactamente la misma cantidad o más de trabajo de la que ya hacían.
No pasó ni un mes desde que fue nombrado conseller, que ya encender el primer fuego instando a los ciudadanos a que se hicieran de una mutua. De hecho, lo recomendó "totalmente" y añadió que "suerte tenemos nosotros que los 26% de los catalanes tengan un seguro médico privado".
La primaria, infravalorada
La atención primaria en los CAP también se ha visto mucho afectada por el incremento de las listas de espera en los hospitales públicos. Así lo afirma Morató que, lamentándose de que la primaria siempre ha sido infravalorada, asegura que, además, "tiene que soportar las listas de espera más adelantadas".
Un ejemplo de eso es cómo se han incrementado las visitas de pacientes a los CAP que esperan para ser operados de cataratas, prótesis de cadera o prótesis de rodilla, entre otros.
El director del equipo médico del CAP Rabal Sud explicaba que muchas de estas personas, mientras esperan ser intervenidas, van a visitarse a su médico de cabecera. Y eso también incrementa las listas de espera, en este caso de la atención primaria.
"Mucha gente ha dejado las mutuas y viene al CAP porque no tienen dinero para pagarla"
Además, Morató asegura también que "mucha gente ha dejado las mutuas y viene al CAP porque no tienen dinero para pagarla". Todo este incremento de pacientes que se dirigen a los CAP para visitarse influye en negativo la atención que reciben. "Se aparta el contacto con el enfermo para solventarlo virtualmente", se lamenta Morató, al mismo tiempo que pone de manifiesto que "no hay recursos para atender a tanta gente".
La solución, como por casi todos los entrevistados, es "poner más dinero" porque, si se continúa por el mismo camino, "todo se va retrasando y acaba derivando en un deterioro progresivo" de la sanidad.
Peonadas
Estas operaciones, que generalmente no van incluidas dentro de las patologías graves o urgentes, se han podido solucionar durante muchos años gracias a las operaciones de tarde o peonadas.
Los cirujanos, enfermeras y parte del personal sanitario dedican horas extras -pagadas con dinero público, según la vicepresidenta del Colegio de Médicos de Barcelona, Elvira Bisbe- a operar a los pacientes con patologías menos urgentes que las cardiacas u oncológicas, entre otros. Eso, según Bisbe, se dejó de hacer durante la crisis y, actualmente, se empieza a reanudar esta actividad.
Esta es una manera de reducir las listas de espera y, también, era una actividad a la cual los médicos ya estaban acostumbrados a realizarla y, por lo tanto, al salario extra que cobraban para hacerlo que, en los últimos años, han visto reducido su sueldo en torno a un 20%.
La vicepresidenta del Colegio de Médicos de Barcelona afirma que "la pérdida ha sido, sobre todo, a nivel adquisitivo de los médicos"
"La pérdida ha sido, sobre todo, a nivel adquisitivo de los médicos", quiere hacer saber Obispo, que tiene claro que los recortes han afectado más en el bolsillo de los profesionales, que los pacientes, que "lo han notado poco porque siguen valorando bien la atención sanitaria".
Según una miembro de CC.OO. de Sanidad, este plan de choque para reducir las listas de espera podría haberse hecho diferente. "Se podría coger a gente nueva de fuera, no pagar extra a los que ya están, porque así la sanidad saldría mucho más barata". Bisbe, sin embargo, sostiene que "no hay médicos especialistas de sobra" y que, por lo tanto, "si quieres actividad extra por la tarde tienes que utilizar lo que tienes".
Baile de cifras
Las cifras evidencian, en cierta manera, que las peonadas u operaciones de tarde se dejaron de hacer durante los peores años de la crisis. De hecho, si se observan los números globales de las intervenciones de cataratas, prótesis de cadera y prótesis de rodilla -volviendo a tener en cuenta que falta algún dato- se puede ver como a partir de 2008 estas intervenciones empiezan a caer.
Ahora bien. El número de personas en lista de espera se mantuvo en cifras similares hasta 2011 y, a partir de aquel año, se observa un incremento en los pacientes a la espera que se ha mantenido hasta día de hoy. Incluso, en 2016 los pacientes tenían que esperar más tiempo a ser intervenidos que en 2011.
Aparte de eso, si separamos los datos de las tres intervenciones se puede ver una evolución un chico diferente. Mientras que las operaciones de cataratas y las prótesis de rodilla se han incrementado, las intervenciones por las prótesis de cadera han disminuido en estos últimos dos años.
Hoy en día, por ejemplo, se hacen más operaciones de cataratas que l 2004 y teniendo en cuenta que es la intervención que tiene más gente a la espera, pero, en cambio, también hay más pacientes en lista de espera.
Mientras tanto, las intervenciones de prótesis de cadera se han mantenido más o menos en las mismas cifras a lo largo de los años y, de hecho, 2014 fue el año en que más se hicieron.
De su lado, las operaciones de prótesis de rodilla hicieron una caída en picado en 2011, pero han recuperado, y de largo, las cifras que salían antes de la crisis.
Yin y yang
La sanidad pública convive, de hace mucho tiempo, con la sanidad privada y donde no llega una, llega el otro. Como el yin y el yang, se complementan. Y podría decirse que ahora más que nunca.
Muchos pacientes que no quieren esperar semanas o meses para ser intervenidos optan por ir a las mutuas -siempre que se lo puedan permitir-, otros se ven obligados a hacerlo, como Clara Valverde, una escritora, activista y profesora de enfermería que desde hace más de 30 años sufre el síndrome de fatiga crónica y que, tal como explicó a este diario la diputada de CSQP, ha tenido que optar por la vía privada "porque la pública no prevé estos tipos de circuitos especializados en casa".
Los informes del Departament de Salut corroboran que el uso de mutuas en Catalunya se ha incrementado estos últimos años
Lo que claro está, recordaba Reguant, es que "durante este años se ha aumentado el uso de mutuas y eso son informes propios del Departamento de Salud".
Otros confían más en la sanidad pública y prefieren esperar el tiempo a que se los diga a ser visitados u operados por la "calidad". Precisamente por eso, la diputada de CSQP tiene claro que esta "complejidad hace que nos tengamos que plantear el modelo en conjunto" porque, si no es así, "no cogeremos el problema en su complejidad".
Así está la sanidad en la actualidad, y así ha ido evolucionando a través de la crisis y con los recortes presionándola para tirar adelante. Y, aun así, la sanidad catalana sigue siendo líder en muchos aspectos en toda Europa e, incluso, en gran parte del mundo.