El 17 de enero del 2010 se inauguraba el Aeropuerto de Lleida-Alguaire, el primero construido y gestionado por la Generalitat. En estos diez años, se ha constatado que el planteamiento inicial pensado en un modelo basado en la actividad comercial y el transporte de mercancías no ha acabado saliendo bien. Esta realidad ha llevado al Govern a reorientar la infraestructura con la implementación en los últimos años de una nueva estrategia para convertir Lleida-Alguaire en un aeropuerto encarado a diferentes nichos de negocio que se complementen entre sí pero, sobre todo, estableciendo una apuesta prioritaria centrada en los usos industriales vinculados en el sector aeronáutico. Actualmente, unas 25 empresas están implantadas o utilizan las instalaciones del aeropuerto leridano las cuales dan trabajo de forma directa a unas 100 personas, y a unas 250 indirectamente.
El Aeropuerto de Lleida-Alguaire cumple diez años, un periodo que ha estado marcado por claroscuros e incertidumbres en relación con la viabilidad de la infraestructura. Después de descartar Alfés y otras ubicaciones leridanas, la Generalitat acabó apostando por construir el aeropuerto en Alguaire (Segrià). Las obras empezaron en el 2007 y el proyecto supuso una inversión inicial de más de 90 millones de euros, pero hay que añadir los costes que supusieron la ampliación de la terminal y otras actuaciones de mejora que se han hecho en estos años. El aeropuerto cuenta con una terminal singular desde el punto de vista arquitectónico, así como con la pista más ancha de todo el Estado, la cual hace 61 metros de ancho por 2.500 metros de largo.
Han quedado lejos, sin embargo, las expectativas recogidas en el Plan director inicial del Govern de aquel momento en que preveían alcanzar un tráfico de 395.000 pasajeros anuales al cabo de una década en funcionamiento, y el transporte de 3.500 toneladas de mercancías. En el 2019, el Aeropuerto de Lleida-Alguaire registró a un total de 58.614 pasajeros, mientras el 2018 fueron 45.532. Con respecto al transporte de mercancías, la actividad ni siquiera se ha acabado poniendo en marcha. En cambio, se han superado con creces las previsiones con respecto a operaciones ya que el año pasado se contabilizaron unas 30.000, un 400% más que en el 2018, en buena medida por la actividad relacionada con las escuelas de vuelo y la formación de pilotos.
El actual secretario de Infraestructuras y Movilidad, Isidre Gavín, reconoce que los objetivos planteados cuando se planificó el aeropuerto, centrados en la actividad comercial y con la expectativa del transporte de mercancías, no se han cumplido y lo ha atribuye al hecho de que estaban basados en estudios de oferta y demanda y de capacidad de generar actividad que no fueron "lo bastante rigurosos". Aun así, hace un balance positivo de los diez primeros años de vida de la infraestructura porque en los últimos años el Govern "ha conseguido reorientar la estrategia de Lleida-Alguaire y convirtiéndolo en un aeropuerto productivo".
Según Gavín, eso ha sido posible a raíz de la implementación de una nueva estrategia para reconvertirlo en un aeropuerto encarado a diferentes nichos de negocio y donde se complementen diferentes actividades pero, sobre todo, con una apuesta preferente centrada en los usos industriales aeronáuticos. Gavín asegura que esta estrategia está dando "muchos buenos frutos" y, actualmente, "la plataforma está llena de aeronaves que hacen tareas de mantenimiento, reparación o desmantelamiento".
También destaca la actividad que genera la formación de pilotos. En este sentido, destaca la instalación en el aeropuerto leridano de la escuela de vuelo lituana BAA Training, una de las más importantes de Europa del sector. Sin embargo, el aeropuerto también tiene acuerdos con compañías aéreas como es el caso de Vueling y Volotea para la formación de sus pilotos, aparte de la actividad que desarrolla el Real Aéreo Club de Lleida.
25 empresas y 100 puestos de trabajo directos
Con esta nueva estrategia, el Aeropuerto de Lleida-Alguaire ha conseguido atraer el interés de 25 empresas de diferentes ámbitos que desarrollan su actividad y que dan trabajo de forma directa a 100 personas, y en unas 250 indirectamente. Desde el 2014, diferentes empresas como Aeronpark o Servitec ofrecen a las instalaciones del aeropuerto los servicios de estacionamiento de larga duración para aviones, o bien los de mantenimiento y de reciclaje de aeronaves los cuales han llevado a Alguaire aviones de compañías como Norwegian e Icelandair o, más recientemente, un Boing 747 de la compañía Wamos Air. El aeropuerto leridano también ha acogido en estos años pruebas con prototipos de aeronaves y drones, entre otros.
Dos nuevos hangares y ampliación de la plataforma
Ante la creciente actividad industrial, este año está prevista la construcción de dos nuevos hangares para empresas, que se sumarán a lo que ya dispone el Real Aéreo Club de Lleida. Las obras se encuentran en una fase incipiente, después de que recientemente se haya empezado a remover tierra. Por otra parte, Aeropuertos de Catalunya está tramitando el proyecto para ampliar la plataforma con el fin de ampliar la capacidad de esta para poder acoger el estacionamiento de más aeronaves.
Con respecto a la viabilidad, Isidre Gavín señala que la principal prioridad es que el aeropuerto tenga un impacto en el territorio con las diferentes actividades que se llevan a cabo, más allá de poder equilibrar el balance de cuentas de la infraestructura. Sin embargo, asegura que el Govern "no renuncia a alcanzar este equilibrio y la autofinanciación". En este sentido, destaca que el déficit se ha ido reduciendo en los últimos ejercicios y pone de relieve que en el 2019 "se habrá dado un nuevo paso importante a la hora de equilibrar ingresos y gastos".
Escenario de pruebas, festivales y de rodajes
Además, Lleida-Alguaire también se ha convertido en los últimos años en el escenario de ferias relacionadas con el sector aeronáutico y de festivales aéreos como es el caso de la Lleida Air Challenge y de La Festa del Cel.
Las instalaciones de Lleida-Alguaire se han convertido también en plató cinematográfico, con casi una cuarentena de rodajes que, hasta ahora, han generado unos ingresos de cerca de 300.000 euros. Han grabado sus anuncios principales marcas automovilísticas mundiales como es el caso de Peugeot, BMW, Renault, Seat, Mercedes, Opel o Ford, pero también otras multinacionales como Orange o Braun, este último protagonizado por el piloto de Fórmula 1, Sebastian Vettel. Además, el aeropuerto leridano ha sido escenario de un cortometraje y de videoclips musicales como el éxito 'Beautiful People' del músico británico Ed Sheeran.
Apuesta inicial por la actividad comercial y de carga
El entonces presidente de la Generalitat, José Montilla, inauguró el aeropuerto el 17 de enero del 2010, después de aterrizar en Alguaire con un vuelo procedente del Aeropuerto del Prat en que también viajaban otras autoridades y periodistas. El 5 febrero empezaron los primeros vuelos regulares a París y Palma de Mallorca de la compañía Vueling. Dos meses después, Ryanair se sumaba a la oferta con vuelos a Frankfurt y Milán. Al cabo de unos meses, Vueling suprimió el vuelo en París y lo sustituyó por una conexión de Lleida-Alguaire con el Prat que pretendía facilitar el enlace con otros destinos. Al no ver cumplidas sus expectativas y coincidiendo con el recorte de las aportaciones públicas, Vueling y Ryanair acabaron abandonando en el 2011 el aeropuerto, de la misma manera que había hecho Pyrenair.
Actualmente, el Aeropuerto de Lleida-Alguaire cuenta regularmente con el enlace con Palma de Mallorca el cual acabó asumiendo Air Nostrum y que se ofrece dos veces por semana. Se suman durante los meses de verano las conexiones con Menorca e Ibiza que opera la misma aerolínea. Se trata de tres rutas plenamente consolidadas y que registran unas buenas cifras de ocupación, según Gavín.
El secretario de Infraestructuras y Movilidad pone de relieve el cambio de estrategia que se ha seguido en este sentido, dejando atrás aquella primera etapa de vuelos comerciales "sufragados con grandes subvenciones públicas" y apostando por aviones de menor capacidad que alcancen una demanda suficiente. Asimismo, remarca que el Govern no ha abandonado este nicho de actividad y también mantiene la puerta abierta a ampliar la oferta actual de vuelos comerciales en el aeropuerto leridano.
El Govern apuesta por turoperadores que traigan esquiadores al Pirineu de Lleida
Otro de los segmentos de negocio ha sido la turoperació de vuelos chárter convirtiendo el Aeropuerto de Lleida-Alguaire en base para traer esquiadores a los Pirineus. En enero del 2011 llegaron los primeros con el turoperador británico Neilson, posteriormente se añadieron el israelí Arkia y el sueco Quality Travel.
En el 2017, Arkia abandonó el aeropuerto leridano. Este invierno ha hecho el mismo Neilson, al principal turoperador que transportaba esquiadores a los Pirineus a través de Lleida-Alguaire, arrastrado por la quiebra de Thomas Cook, compañía a quien contrataba buena parte de sus aviones. La actividad de Neilson obligó Aeropuertos de Catalunya a ampliar la terminal con el fin de poder acoger a los pasajeros británicos. Actualmente, sólo Quality Travel mantiene la turoperación de chárteres para esquiadores. Sin embargo, hay que mencionar que la presencia de niebla en las instalaciones de Alguaire ha obligado a desviar numerosos vuelos a otras instalaciones, sobre todo al Aeropuerto de Reus.
Isidre Gavín remarca que el Govern ha dejado de considerar la turoperación como una actividad estratégica para el aeropuerto leridano, a diferencia de años atrás ante la infrautilización que tenían entonces las instalaciones. Sin embargo, el Govern sigue trabajando para captar nuevos turoperadores pero centra los esfuerzos en aquellos que se comprometan, como en el caso de Quality Travel, a traer buena parte de su pasaje a estaciones de esquí del Pirineu de Lleida y no a Andorra como hacía Neilson.
Interés de una empresa dedicada al transporte de piezas para la automoción
Por otra parte, la apuesta para convertir Lleida-Alguaire en una plataforma para la carga de mercancías tampoco ha acabado cuajando hasta el momento. La planificación inicial pretendía orientar el aeropuerto al transporte de productos agroalimentarios pero no se acabó implementando una vez se vio la inviabilidad de esta actividad por los elevados costes que supone la carga aérea.
A pesar de eso, el Govern no ha descartado nunca la actividad de carga y ha seguido promocionando las posibilidades de Lleida-Alguaire en el ámbito de la logística aérea, según Isidre Gavín. En este sentido, se han mantenido contactos con diferentes compañías interesadas en el transporte de productos con un mayor valor añadido. Las que están más avanzadas son con la empresa Flightline, dedicada al transporte de piezas para la automoción, y Gavín confía en que su implantación pueda materializarse a corto plazo.