Mantener la temperatura del hogar y poder pagar las facturas. Estos son los dos indicadores de los cuatro que utilizan para conocer la evolución de la pobreza energética en España empeoraron en el 2020, como consecuencia de la pandemia, según ha informado este viernes al Ministerio de Transición Ecológica y para el Reto Demográfico. "Estos resultados reflejan la especial dificultad que han sufrido los hogares más vulnerables a la hora de mantener una temperatura confortable durante el invierno y de hacer frente al pago de facturas durante un año especialmente complejo a consecuencia del impacto de la crisis sanitaria provocada por la covid-19", apunta el Ministerio a su informe de actualización de los indicadores de pobreza energética.
El año 2021, con respecto a poder mantener la temperatura de la vivienda durante el invierno o el verano el 10,9% de la población considera que no puede mantener su vivienda a una temperatura adecuada durante el invierno, delante del 7,6% del 2020, mientras que el 9,6% afirma haberse retrasado en el pago de las facturas de los suministros de su hogar (6,6% en el 2019).
El indicador de retraso en el pago de facturas de suministros de la vivienda también ha empeorado en los últimos dos años. Los resultados en el 2020 crecieron en 3,3 puntos y 3 puntos, este año 2021.
Cuatro indicadores
En este informe de actualización se explica y analiza la evolución en el 2020 de la pobreza energética en España a través de los cuatro indicadores propuestos por el Observatorio Europeo de Pobreza Energética (EPOV) y adoptados a la Estrategia Nacional de Pobreza Energética 2019-2024 como indicadores principales para monitorar el seguimiento. El EPOV establece como manifestaciones de la pobreza energética la incapacidad de mantener una temperatura adecuada al hogar, el retraso en el pago de las facturas, un gasto energético excesivamente bajo o un gasto en suministros energéticos que es desproporcionada sobre el nivel de ingresos.
Los dos primeros indicadores empeoraron en el 2020 con respecto al 2019, mientras que el indicador de la pobreza energética escondida, definido como el porcentaje de los hogares cuyo gasto energético es inferior a la mitad de la media nacional, se ha reducido desde el 10,6% 10,3%.
El último indicador, el de gasto desproporcionado, que refleja el porcentaje de hogares cuyo gasto energético sobre los ingresos es superior al doble de la media nacional, se mantiene prácticamente inalterada, con una variación entre el 2019 y el 2020 de solo una décima, desde el 16,7% al 16,8%.
Respuesta a la pobreza energética
El Ministerio que dirige Teresa Ribera ha destacado que el Gobierno ya ha desplegado un amplio abanico de medidas en la lucha contra la pobreza energética, desde la prohibición de los cortes de suministro hasta el reforzamiento del bono social.
A principios de 2022, el Gobierno seguirá reforzando la protección de los consumidores vulnerables sometiendo a información pública dos proyectos de real decreto que incluirán medidas como la ampliación de la población susceptible de recibir el bono social y su renovación automática para los beneficiarios.