Un mes y medio después de que estallara la polémica, el caso Rubiales todavía ocupa muchos titulares. El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) fue citado a declarar ante el juez central de instrucción Francisco de Jorge el pasado 15 de septiembre investigado por presuntos delitos de agresión sexual y coacciones por el beso forzado a Jennifer Hermoso durante la celebración del Mundial de Australia del pasado 20 de agosto. La comparecencia de Rubiales duró 54 minutos y 36 segundos, durante los cuales mantuvo su postura en contra de Jenni Hermoso, afirmando que "falta a la verdad hasta cuando dice que tengo dos hijas, porque son tres". El Español ha filtrado ahora algunas de las surrealistas declaraciones que Rubiales hizo ante la Audiencia Nacional.
"Le pedí consentimiento"
¿El expresidente de la RFEF defendió ante el juez que como le tenía que pedir perdón "si estábamos los dos supercontentos"?, además durante su declaración recordó que la jugadora internacional restó importancia minutos después del beso asegurando en los micrófonos de la cadena Cope "ha sido la efusión del momento. Se quedará en una anécdota". El juez insistió en preguntar si le había pedido permiso a Hermoso para darle un beso, y Rubiales contestó que durante la entrega de las medallas "estaba abrazando a las jugadoras, al míster, cuando pasa ella. Viene hacia mí a darme un abrazo. Nos abrazamos, ella me levanta y hago un gesto para no caérmemí, todo eso con una conversación en la cual yo le recuerdo—porque había fallado un penalti—que se animara un poco, que sin ella no podríamos haber ganado el Mundial. Ella me dice que soy un crack, que muchas gracias. Y entonces le pregunto, le pregunto. Y ella me dice que vale".
Durante su declaración y preguntado por el juez, justificó que le cogió de la cara a Hermoso como resultado de la alegría del mundo. "Ella me coge de donde tarro, yo lo cojo también y no hay más. Dos o tres minutos después me cogieron entre todas y me tiraron para arriba, me balancearon. Y en este momento no diré que no me toquen, con perdón, el culo, las rodillas o el hombro. Hemos ganado un Mundial y es una cosa indescriptible, la euforia y la alegría tan tremenda que hay". Y otra vez, defendió que "el piquito" fue un acto que se dio entre dos personas que tenían confianza. Rubiales reconoció ante el juez que no fue consciente del conflicto que se había desatado hasta que no le comentó un miembro de su equipo ya en el avión de vuelta en España. Con todo, defendió por enésima vez que el beso era consentido y que lo hizo con respeto hacia Hermoso, "como no lo tengo que respetar, si le pregunté antes. Ella se marchó riendo y dándome golpecitos. Por descontado que le pedí consentimiento. Se me quedaron las manos allí arriba, como se podrían haber quedado abajo".
"Como si te toca la lotería o se acaba la guerra"
Luis Rubiales todavía va un paso más allá en su defensa, e incluso, aseguró que el beso se dio así porque "cuando te toca la lotería o se acaba una guerra, se acaba la guerra en Ucrania o ganas un Mundial, pues esta efusividad, esta espontaneidad... Y yo le pregunté, a pesar de todo. Y ella me dijo que vale. Ella misma lo ha dicho, que me dijo que vale". Sobre si tenía pensado previamente dar este beso, asegura que "eso surge sobre la marcha".
Con respecto a las presiones ejercidas sobre la jugadora, Rubiales las niega categóricamente, y en más, se esforzó por defender que las coacciones que apunta Hermoso-al túnel de vestuarios y al avión—no se pudieron dar en estos momentos. "Ella sabe perfectamente que está faltando a la verdad", dijo. Rubiales detalló que había mantenido una conversación de no más de "15 segundos" con Hermoso en el avión, donde le explicó que lo habían recomendado hacer un vídeo juntos para justificar el beso. ¿"Por qué no salimos los dos y ponemos fin a eso, que me hará mucho mal"?, ella se negó "no, mira, presi o Rubi, yo paso, quiero disfrutar del Mundial, no haré más declaraciones". Según Rubiales, aceptó su negativa y el tema quedó aquí.