La chimpancé del Bioparque de Valencia Natalia tiene 21 años y ha pasado los últimos tres meses haciendo vida normal con el resto del grupo. Ahora bien, con una pequeña particularidad: a todas partes donde va, lleva a hombros un cadáver. Se trata del luto de una madre después de la muerte de su cría, que perdió la vida al cabo de pocos días de nacer. Este es un comportamiento normal para los chimpancés, y que también muestran otras especies inteligentes y sociables. De hecho, que la madre siga llevando la cría después de su muerte es un fenómeno que se ha dado en numerosas ocasiones en otros zoológicos, y también en la naturaleza. Generalmente, se trata de un proceso de duelo que se alarga unas horas, unos días o unas semanas. O, en este caso, tres meses.

 

El parto de Natalia —que tuvo lugar a la vez que su hermana Noelia dio a luz a su cría— no provocó ningún problema, pero seguramente la madre no tenía leche suficiente y la cría murió relativamente deprisa, sin poder hacerse nada. En los primeros días, después de morir la cría, Natalia estuvo acompañada en todo momento por el padre y por Noelia y su cría. Entre todos, "se abrazaban mucho los unos a los otros", según explica el director del parque valenciano, Miguel Casares, a EFE. "El grupo de chimpancés que tenemos está muy cohesionado, es una familia muy unida, están siempre juntos, con lo cual cualquier intervención de un individuo significa que hay que separarlo del resto, lo cual suele ser bastante complicado, argumenta el director. Es por eso que decidieron dejar a Natalia con el grupo, porque intervenir habría significado tener que anestesiarla y dormir varios individuos, una operación que habría sido demasiado complicada. "Habiendo además otra cría que estaba viva y que era muy joven, eso habría tenido un elevado riesgo para ella. Por eso hemos decidido dejarlo estar, dejar que la familia se comporte como se comporta, que lleven su luto como vean conveniente," sostiene.

Los responsables del zoológico consideran que la madre "rápidamente supo que su hija estaba muerta". A pesar de eso, todavía no la ha soltado. Eso comporta observarse con toda naturalidad la madre, que se encuentra en buenas condiciones y con un buen estado de salud, cargando el pequeño cadáver de la cría, que se ve exageradamente delgaducho, esmirriado y seco, después de todo este tiempo. Si bien durante los primeros días Natalia cuidaba y mimaba mucho la cría, como si estuviera viva, ahora "entra, sale, come" y muestra el comportamiento habitual de cualquier chimpancé. Y es que se trata de un proceso completamente normal. "Esto en la naturaleza está escrito, incluso cuatro meses cargando la cría muerta," dice Casares. "Es parte de lo que se conoce como el luto de los chimpancés".

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La chimpancé Natalia juega con su cría muerta, de quien se observa su mano / Foto: EFE

A vista de todo el mundo

El fenómeno puede verlo cualquier persona que vaya al Bioparc de Valencia, porque los responsables no han querido esconderlo. "Nosotros hemos puesto mucho de interés en explicar los hechos y tener total transparencia", afirma el director. "Podíamos haber decidido mantener la hembra dentro para que nadie lo viera, cosa que hubiera sido malo para ella y para el grupo", insiste. "Hemos decidido dejarlo muy abierto. Los animales llevan su vida de grupo completamente normal, como siempre. Pero claro, es una cosa que tenemos que explicar porque llama mucho la atención", añade. "Muchos visitantes se sentían muy sorprendidos, pero cuándo se les explica lo entienden, lo respetan y aprecian mucho esta explicación", concluye.